Tuesday, November 5, 2019

El niño que no miente


Sebastián mira fijamente la araña que está en la arista derecha de la habitación de los cuartos. Ariel le tiene en frente, se esfuerza por no gesticular algo que el docente puede entender como ofensivo, se mantiene firme, espera que le llegue la mirada escrutadora, el mal humor porque el salón está sucio o huele a huevos.

Sebastián olfatea arrugando toda la cara, alza la voz y, mirando fijamente a Ariel, dice; aquí huele a huevos. Ariel se quiere reír, pero no es conveniente, el “profe” lo dice en serio, es el olor de los huevos duros que comieron los de primaria y han dejado sus sobras por todo el salón.

(p) Imanaya cachanqui – Sebastián enérgicamente saluda.
(es) Imanaya cachanqui amauta – responden todos, con excepción de Victoria.
(p) ¡¿Y usted no sabe saludar?! – Sebastián alza el dedo acusador, nadie voltea, todos esperan repetir el saludo -, Imanaya cachanqui.
(es) Imanaya cachanqui amauta – se escucha con más fuerza.

Sebastián pide que formen las carpetas a manera de auditorio, saquen sus cuadernos y libros. Reniega porque los chicos están arrastrando sus carpetas y maximizan su dolor de cabeza. Se sienta, espera que su cabeza le funcione, piensa para qué está allí, se lamenta su suerte. Levanta la cabeza y mira seriamente a Gustavo para pedirle que se calle.

Gustavo se calla y hace que lee. Sebastián le molesta:

(p) ¿Y qué estás leyendo?
(g) Lo que pidió.
(p) Yo no he pedido nada.
(g) Estoy leyendo la clase de la semana pasada.
(p) ¡Qué bueno!, a ver podría explicarnos sobre el mercado de competencia perfecta – Sebastián recordó que el estudiante se evadió la semana pasada.
(g) No recuerdo – Gustavo le mira fijamente como amenazante.

Sebastián le da la espalda, y comienza su discurso.

¿Qué les he dicho del mercado de competencia perfecta?, les he dicho que no existe, como no existe nada perfecto en la tierra, el mercado de competencia perfecta no existe, es una ilusión, es como decir que existe un niño que no miente – dice esto último mirando a Flor, y le pregunta.

(p) ¿Usted ha conocido un niño que no mienta?
(f) No hay profesor – Flor responde con presunción.
(p) Ya ven, todos los niños mienten. Son mentirosos por naturaleza 

Sebastián continúa explicando las características del mercado de competencia perfecta...





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