No hice las tareas, ni siquiera tengo cuaderno, la profesora
me va jalar. Pero estuve en todas sus clases, sería injusto que apruebe a
Jacqueline que ni siquiera ha venido y a mí no.
La profesora Jenny llama a Keni y éste se acerca avergonzado
de que todos sus compañeros le gritan, ¡cariño! Antes al escuchar esas palabras
se sentía un triunfador, alguien que todo lo puede porque tiene “plata”, porque
con un “pin pon pan” todo se solucionaba; pero ahora ha cambiado, ahora lo ve
más claro, se da cuenta que el dinero puede comprar a inconscientes, pero su
conciencia no. No conoce a la profesora Jenny, quizás sea como uno de esos
tantos docentes con quien negoció, pero ahora no importa el nivel de moralidad
de su “maestra”, ahora le importa su moralidad.
Niño Keni, ¿estás bien? – la maestra le mira con gesto
maternal. No profesora, sé que no he pasado los exámenes y tampoco hice mi
maqueta así que me va a jalar. Pues no te sientas mal, no hiciste la maqueta y
tampoco pasaste algunos de los exámenes, sin embargo asististe a todas mis
clases y también las de recuperación, he registrado tus intervenciones y éste último
examen lo hiciste muy bien, obtuviste la más alta nota, 17 – la maestra casi
puede ver la iluminación celestial en el rostro del muchacho -, estás aprobado.
Gracias profesora, muchas gracias. Muy bien jovencito, sigue adelante.
*********
Son las siete, una llamada despierta a Elena.
Ay Elenita, perdóname amiga no quería fallarte, ¿sigues
molesta conmigo? Sí - Elena contesta secamente. Pero Elenita, no seas resentida pues, mira que he estado
con tantas cosas, padeciendo toda la semana que me has declarado la ley del
hielo y me he tenido que ir con los chusquísimos del área de logística, esa
gente que solo acata sus instintos y casi casi me comen cual caníbales –
Camucha llora, en realidad disimula -, por favor jefecita, perdóname. Camucha,
yo a ti te he considerado muchísimo y te confío mis cosas porque eres mi mejor
amiga, pero me fallaste, traicionaste mi confianza, has roto el código de
amigas. Dime que puedo hacer para que vuelvas a confiar en mí, dime lo que sea
y yo lo hago para recobrar tu gracia Elenita. Por ahora nada, voy a quedarme
resentida por lo menos un buen tiempo. Ay no seas mala jefecita, mira que ya
viene navidad y tenemos que hacer nuestro intercambio de regalos. Pues lo voy a
pensar, por ahora no te me acerques y sigue al lado de Gonzalo y Willy.
*********
Niño Keni, es cierto que de tanto ver las películas de
Marvel, ¿piensas que puedes volar?
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