Sebastián está en su
escritorio leyendo un libro sobre lenguas nativas del Perú, se interesa por la
variedad del Quechua, piensa que quizás podría hacer una entrada para su
videoblogger sobre esta lengua.
Se distrae y piensa en Alejandra, en
que le ha prometido que tendrá el 2017 un cuento para ella, y por eso ha dejado
un curso en la universidad para poder tener un poco más de tiempo. La
protagonista será Alejandra. El cuento tratará de un rey – quien será él – y su
desprecio a su mujer, hijos y amigo por el amor – mejor dicho la obsesión – por Alejandra. La humillación que será sometida Elena, los padecimientos de sus
hijos y el sacrificio de un amigo, todo ello describiendo el daño que provocará aquella joven a quien antes
llamaban rey sabio.
Faltan pocos minutos
para la una de la mañana, tiene miedo que Alejandra no le llame para saludarle
o saber cómo está, ese detalle dulce que mantiene todavía la esperanza que
algún día ella volverá a mirarle como antes. No llama, desespera, quisiera timbrarle,
pero piensa que Alejandra podría incomodarse, quizás y ya se durmió. Se pone a
escribir poemas para ella, escuchando la canción “Por qué me haces llorar” de
Juan Gabriel.
Describe con versos la
anatomía de la joven, le cae una lágrima al pensar que ya no la poseerá.
Recuerda el último beso que le dio, cuando ella dormía, y que ella respondiera,
quizás en sueño, pensando que besaba a quien amaba y no a Sebastián. Hace una
pausa y canta para sus adentros “Para qué me haces llorar, qué no ves cómo te
quiero, para qué me haces sufrir, que no ves que más no puedo…”.
No comments:
Post a Comment