(-) ¿Y quién es el padre? – Pregunta Lizmar.
(-) ¿Cómo preguntas eso?, el padre es José.
Pero tú crees que a ese idiota le importa, me pidió que lo abortase.
(-) Y tú
que ilusionada estabas con tener un hijo – Lizmar lo dice irónicamente -, ¿por
qué no te desases de ese problema y ya?
Azul lo
pensó en algún momento, pero a sus treintaicuatro años ya no puede esperar más
a que llegue la persona adecuada, las circunstancias propicias. Ya no es una
chiquilla y esta quizás sea su última oportunidad de ser madre.
(-) ¿Y si
le dices a Sebastián que es su hijo? – A Lizmar se le ocurre una gran idea.
(-) Pero
cómo se te ocurre, si yo y Sebastián no hemos tenido nada.
(-) Queda
con él para salir, compra un vino, invítale a tu cuarto y hazle el amor. En dos
semanas le das la noticia y ya está. Tu hijo tendrá casa y un padre que lo
mantenga. Sebastián es muy noble, él te va creer.
*****
Rodrigo salió
más temprano del trabajo. Llega al edificio y se encuentra con Sebastián que
está limpiando las escaleras. Le saluda y sube a su cuarto sin más. Sebastián
continúa con la limpieza.
Rodrigo se
quita la casaca, los pantalones y de frente a su cama. Verá el partido, aunque
no es de su preferencia, pero están las apuestas las que le motivan saber los
resultados. Las puso todas altas. Le escribieron al WhatsApp:
(-) ¿Estás cansado cholo? – Es Sebastián.
La vida continúa. |
(-) Si y ya
me acosté – Rodrigo responde.
(-) Te iba
a pedir que me acompañes a Zárate a llevar unos libros, pero no hay problema,
iré solo.
(-) Ok.
Rodrigo
continúa viendo los partidos, pendiente que todas vayan a alta.
*****
Sebastián
se mete a la ducha. Escucha celebrar un gol a pesar que tiene la música en
alto. Piensa en Alejandra, en lo buena que es con él. Se emociona y deja que el
agua le enfríe. Sale de la ducha, está escuchando a Marco Antonio Solís. Se
cambia, suena el celular, es Alejandra.
(-)
Cholito, no sabes lo que encontré entre mis papeles, quiero leértelo.
(-) ¿Qué es
Ale? – Sebastián se contenta de escucharla.
(-) “Yo
Sebastián Rivas, con DNI 41750142 en pleno uso de mis facultades físicas y
mentales acepto a Alejandra Villareal Larrea como la única mujer con quien haré
el amor con fidelidad, así mismo prometo que si en algún momento me llegue a
enamorar de otra se lo diré y solo así romperemos nuestro contrato”.
(-) Era eso
– Sebastián se queda pensativo.
(-)
Sebastián, entonces… ¿rompemos?
(-) Para
nada, yo quiero seguir contigo.
(-) Pero el
contrato dice que si te llegas a enamorar de otra se terminó.
(-) Ale,
solo se termina si tú lo quieres terminar, ¿quieres terminar esto?
(-) No
viejito, no quiero terminar.
(-) Ya
está, yo te quiero mucho y quiero seguir contigo.
Alejandra
se despide diciéndole tres veces “te amo” y Sebastián responde cada una de las
veces con un “yo también te amo”. Sebastián se contraria, ama a Azul, pero ella
no le ama. Le escriben al WhatsApp.
(-) Panaaa,
hay que ver el partido.
(-)
Luisito, estoy saliendo para Zárate a llevar unos libros a un amigo de la
universidad. ¿Me acompañas?
(-) Estoy
cansado Pana, pero vamos, estoy con Wilson. Estoy por llegar a Puente Nuevo,
ven para ir los tres.
(-) Ya
estoy saliendo para allá.
Sebastián
encuentra a Luis y Wilson viendo el partido a las afueras de un bar. Les invita
una cerveza para que puedan sentarse y ver los últimos ocho minutos, minutos con
que Brasil venció a Perú, 4 a 2.
Cruzan el
Puente Nuevo, Luis tiene ganas de orinar, lo hace en un poste de Malecón. Van a
la casa de Arturo – amigo de Sebastián – y dejan los libros. Luego van a comprar
shawarma y gaseosas, y comen en el Parque San Juan Bautista. Luis y Sebastián
ilustran sobre el socialismo y el capitalismo a Wilson, quien se admira de la
explicación.
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