Sunday, October 25, 2020

Domingo

Sebastián tenía pensado terminar rápido sus sesiones para invitar a salir a Azul. Esperó que Luisito se fuera para encontrarla sola y allí aprovechar. Antes de ir a su cuarto se quedó pensativo en el pasadizo, cuando Azul salió e irónicamente le preguntó, “¿Y tú que haces allí callado?”. Él no supo por unos segundos qué responder, luego le propuso salir al centro a comer, pero ella respondió como siempre, “hoy no salgo para nada de mi cuarto”. Sebastián insistió, pero Azul le volvió a rechazar. Molesto, se fue a su habitación.

Llamada de Keni.

(-) Cholo, ¿qué novedades?

(-) Ninguna cholito, más bien qué bueno que llamas, ¿me puedes acompañar a comprar unas cosas?, de la pasada para visitar a un amigo aquí cerca de la casa.

(-) Déjame pensarlo…

(-) No te dejo…, ven cholo, no seas aniñado.

(-) Ya cholo, para que veas que yo no soy como ese atorrante de Rodrigo. Te espero en InkaFarma.

Sebastián revisa los libros que encuentra en basar suelo, le interesó uno sobre los griegos, el comerciante pide quince soles, le parece caro pero igual piensa en comprarlo, aparece Keni y dejan al vendedor sin comprar.

(-) ¿A quién vas a visitar?

(-) A un venezolano que se ha cambiado de casa, igual ha sido un buen inquilino, pero como se ha juntado con su pareja tuvo que dejar el cuarto por uno más grande. Quiero pasar a saludarle y conversar con él un toque, es buena gente. Después vamos a Tottus a comprar cosas para la semana.

Keni y Sebastián llegan a la casa de Manuel, suben al cuarto, el cual se encuentra impecable.

(-) Él es Keni, mi socio.

(-) Ya lo conozco pue, es el del auto.

(-) Hola Manuel, ¿es cierto que vas a ser padre?

(-) Sí pue, por eso me fui, porque ahora tengo que vivir con mi flaca.

(-) Está bien, ya tienes edad.

(-) ¿Y tú cuándo Sebastián? Yo que a las justas ando, que tengo que mandar plata para Venezuela, en cambio tú que tienes buen trabajo y encima casa.

(-) Yo no, soy muy obsesivo, si tuviera un hijo lo traumaría de lo obsesivo que soy.

(-) Eso tú dices, pero una vez que lo tienes, uno aprende a ser padre.

(-) Estás muy contento siendo padre.

(-) Yo quiero tener tres hijos. Pero eso sí, con lo jodida que es la situación, los mando a Venezuela y les mando plata de aquí.

(-) ¿Y para eso vas a tener hijos?

(-) Es que yo quiero eso pue, yo quiero tener tres.

(-) ¿Y tu pareja quiere tener tres?

(-) No quiere, pero si ella no quiere, igual yo me consigo otra y tengo. Coño e su madre, yo tengo tres hijos como que me llamo Manuel.

(-) ¿Y por qué reniegas?

(-) Porque mi gocha me ha dicho que no quiere tener tres, que solo quiere tener a este, además quiere llevarme a Venezuela con ella, pero yo qué voy hacer allá, allá no hay vida, ya hablé con mi hermano y me dice que allá las cosas están que dan pena. Yo no me voy de Perú.

(-) Por fin Sebastián, tienes un amigo venezolano que reconoce que el Perú es grosso.

(-) Qué grosso va ser la mierda esta, yo no me voy a Venezuela porque allá está peor. Pero aquí en Perú tampoco es fácil las cosas.

(-) Y yo que quiero irme de turismo a Venezuela – Sebastián quiere ir a Venezuela para conocer a la madre de Azul.

(-) No te recomiendo, allá odian a todos los peruanos. Encima a peruanos serranos como tú.

(-) ¿Y por qué nos odian?

(-) Por lo mal que se han comportado pue, óyeme Sebastián, aquí los peruanos son unos explotadores, hacen trabajar a uno como cien, y te pagan como veinte. Y eso lo saben allá, así que odian a los peruanos, y no solo a los peruanos, a los chilenos, ecuatorianos, colombianos, a todos.

Sebastián y Keni se despiden de Manuel, querían invitarle a comer, pero Manuel había quedado con Rodrigo para salir.

A Keni le llama su padre, saldrán a comer. Sebastián llama a Alejandra y quedan en encontrarse en el supermercado. Después de hacer las compras van a una juguería.

******

Alejandra mira fijamente a Sebastián. Él le va contando sus historias y ella tiene la mirada límpida de la admiración que tiene por el profesor.

(-) Tus nuevos lentes te quedan bien.

(-) Los cambié recién, los anteriores se rompieron en plena cuarentena, imagínate lo que sufrí para trabajar en la computadora.

(-) Esos lentes te quedan muy bien, ¿por qué cambiaste de diseño?

(-) Porque la chica que me los vendió me dijo que con esos lentes me veía como un profesor.

(-) Pues tenía razón, te ves como un profesor.

(-) Soy profesor.

Tenían pensado ir al cuarto de Sebastián, pero se les hizo tarde. Él pidió un Uber para Alejandra.


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