Entra a la piscina y siente frío, mete su cabeza al agua para acostumbrarse, se pregunta si mojado se verá más su escasa cabellera. Mira
a Martín, está en la ducha bañándose, lleva unos shorts muy largos, le grita
que se apure.
(-) Este lugar está buenazo.
(-) ¿Siempre vienes aquí?
(-) Es mi casa en estas épocas, a lo mucho viene una pareja
y eso – Martín mira el cielo como esperando una bendición.
(-) ¿Qué me cuentas del San Silvestre?
(-) Lo mismo pues hermano, la Chata que viene con sus
innovaciones pedagógicas. La gente no la aguanta, ahora sale con que debemos
tener cotutores, y no sabes quién quería meterse como cotutor del quinto…
imagínate que la Chola estaba en conversaciones con los felones de los padres
del quinto.
(-) Pero, ¿por qué deben tener cotutor?
(-) La Chata que quiere hacer trabajar a todos igual, pero
no pasa nada pues; yo soy un profesional, no puedo estar con un cotutor al lado
y menos voy a permitir que a mi lado esté la Chola. – Martín hace un gesto
despectivo con sus labios.
(-) Pero si la directora lo manda tendrás que acatar nomás.
(-) No, porque ya somos tres los profesores que no hemos
permitido eso. Hasta ahora, solo la Heidi tiene cotutora, pero tú sabes que
ella lo necesita, porque la pobre ya ni recuerda sus años. Figúrate que ahora
viene con mini, la pobre no se resigna a que el tren ya se le pasó, cree que
todavía estamos en los ochentas.
(-) Pobre Heidi, ya
debería jubilarse.
(-) ¿Tú crees que la Chata la tuvo en planilla sus veinte
años?
(-) No creo, si cuando salí, solo unos cuantos estaban en
planilla y Heidi creo que había alcanzado ese privilegio recientemente.
(-) Sí pues, la Heidi está hecha un “cage” – lo dice como se
pronunciaría en inglés. – Martín nada al otro extremo de la piscina y le pide a
Sebastián que nade – Nada Sebastián.
(-) No puedo. No sé nadar.
(-) No jodas hombre, cómo no vas a saber nadar, vamos, ¿qué
pasó con tus clases de natación?
(-) Jalé… la verdad fui un mal estudiante – Sebastián se avergüenza.
(-) Jajajajaja, no jodas, no puede ser que hayas jalado un
curso de natación – grita Martín y la señora que está limpiando la piscina le
sonríe. Pero algo habrás aprendido hacer.
(-) Sí, pero voy al lado que no está hondo. – Sebastián camina
hacia el lado menos hondo y se tira pataleando teniendo la cabeza abajo, parece
que nada, pero luego se desespera y se para, voltea y solo avanzó un par de
metros.
___ _____
(-) Mamá, ¿puedes poner en tu testamento que Florcita se
queda conmigo?
(-) ¿Cómo así?, ¿cómo voy a testar algo así?.., ¿se puede? –
Nella se preocupa.
(-) No mamá, pero quizás si tú en tu testamento pones así
como que Florcita tendrá un cuarto si es que se queda con tu hijo, a su
cuidado, claro con un pago mensual cómodo por mi parte, porque sabes mamá que
como profesor no gano mucho y no podré pagarle mucho, pero tampoco pienso
hacerla trabajar tiempo completo, solo para que limpie mi piso y me cuide,
porque de mi ropa y mi comida me encargo yo. Quizás por consideración a ti,
ella se sienta comprometida y no me abandone mamá.
(-) Tendría que hablar con ella, además es muy joven y tiene
planes de estudio. Tendrás que buscar otra chica. – Nella piensa. Quizás puedas
contratar a su hermana, su hermana ya
terminará el colegio para eso, ella puede ayudarte; además le he dicho que me
gustaría que se quede con Norma, que me la cuide a mi hija.
(-) Ay mami, si Norma ya está vieja; ella solita se puede
cuidar. Yo soy el menor, tú tienes que velar por mí; qué voy hacer cuando no
estés, has conversado con mi padre sobre la herencia.
(-) Sí ya le dije, tú sabes que el tercer piso es tuyo, nadie
de lo quita. Hablé con tu padre, figúrate que quería solo darte un cuarto; pero
tú eres nuestro único hijo y no te puedo dejar en abandono.
(-) ¿Y aceptó? – Sebastián se hace el preocupado.
(-) Después de un llanto, me aceptó. Es que tu padre piensa
que no te lo mereces porque te fuiste de la casa, por eso debes volver
Sebastián, tu papá está resentido por eso.
(-) ¿Te has dado cuenta que estoy flaco? – Sebastián cambia
de conversación, se para, oculta la panza y se da una vuelta para que le
aprecie Nella.
(-) ¿Estás comiendo?
Nella comienza con su sermón sobre la alimentación, y
Sebastián le cuenta que está siguiendo una dieta sana, de abundantes vegetales,
y cero grasas. Se despide de su madre, ella le insiste en que se lleve algunas
frutas de su mesa, él coge unos duraznos y se va.