Monday, July 11, 2016

¿Para qué soy bueno?

Impresión, sol naciente
Cuadro del pintor francés Claude Monet
Para Sebastián no simulo bien, él sabe lo inseguro que soy, que podré tener un auto y vivir en un distrito acomodado, pero sigo siendo – como él lo dice – un niñato. Él sabe lo perdido que estoy con Yovana.


Keni se levanta, son las once, puede marmotear hasta el medio día. El príncipe de la tribu, segundo en la línea de sucesión del imperio de los interiores, no puede levantarse más temprano, lo intenta, pero no puede; debe ser porque se las pasa las noches jugando con su playstation 4, que pronto abandonará cuando su padre – uno de los reyes de Gamarra – le compre el playstation 5 que según las noticias, Sony lanzará este año. Se acomoda su Calvin Klein – curioso detalle, Keni no usa las trusas que producen su fábrica -, coge su cobertor atigrado y se va a su baño.

Qué rico es cagar – habla para sus adentros -, pero hasta me canso de hacer cosas como esta. ¿Para qué he nacido?, ¿para qué soy bueno? No me va bien en el futbol, tampoco soy bueno con… – puja, expulsa su excremento y huele –, pero qué feo huele esta mierda, eso me pasa por comer tanta basura – se limpia y observa sus heces -, esta mierda es KFC.

Lava sus manos, se seca con papel higiénico y coge su cobertor atigrado para volver a tirarse a su cama. Sigue pensando.

¿Para qué soy bueno? – está excitado y se responde -, ya sé, soy bueno para cachar - recuerda sus intimas acrobacias con Yovana.


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