Ambos conversan durante el viaje, Alejandra es ingenuamente
divertida. Ella quiere pagar en esta ocasión, le da cinco soles al cobrador –
Sebastián le permite ese gesto.
Señorita, su moneda está mal. Pero, no puede ser, me lo dio
mi papá. ¡Qué! No me digas que ahora don Walter también se dedica a la
falsificación de monedas. Oye qué te pasa, mi papá no hace esas cosas, quizás
tu papá será el que comete delitos por eso piensas mal de los padres de otros. Jajajaja,
solo es broma negrita; no se preocupe señor, aquí tiene – Sebastián paga los
pasajes. Gracias Sebastián. Está bien – Sebastián se siente feliz al lado
de Ale.
Bajan en paradero “Pollo”, ella se para en la esquina y se
acerca para despedirse, pero él le indica que irá hasta la puerta de su casa.
Ella, muy cortés no le hace ningún miramiento. Se despiden al llegar a la casa.
¿A dónde vas ahora? A mi cuarto, pero antes estaré caminando
por la Chimú – Sebastián está perdido. Cualquier cosa me llamas Sebastián –
Alejandra se compadece de su amigo. No te preocupes, estaré bien.
Alejandra sonríe y se voltea para entrar a su casa.
Sebastián la mira, se entristece.
Sebastián camina hasta paradero “Pollo”, su celular suena.
¿Elizabeth? Soy yo cholito, no sé si podrás, pero me
ayudarías bastante. ¿Qué pasó Elizabeth? Es que mi prima cumple quince años y
no tengo con quién ir, pensé que quizás tú podrías acompañarme. ¿Yo?, pero
ahora estoy en la calle y mal vestido. No te preocupes, tienes una hora para
venir, recién son las diez, por
favorcito Sebastián. Ya está bien, voy a cambiarme e iré a tu encuentro,
¿estarás en tu cuarto? Sí, yo recién me hice el peinado, voy a cambiarme, y te
esperaré. Ya, no te preocupes.
Sebastián toma el carro, baja en Pirámide del Sol, llega a
su cuarto.
Rápidamente se quita el polo, los zapatos, las medias, los
pantalones y la trusa. Se mete en la ducha, se ve gordo y piensa que Elizabeth
lo notará. No importa, igual ahora solo son amigos.
**********
No pensé que te tendría así. ¿Cómo así? Así tan alegre,
bailando conmigo. Te he extrañado cholito – Sebastián recuerda las veces que le
pedía que le llame así y ella no lo hacía- todos piensan que eres mi novio. ¿Y
no se molestan por la diferencia de edad? No, no se nota – ella es mayor que
Alejandra, la diferencia de edades entre Sebastián y ella no es abismal.
La quinceañera sale, Sebastián mira su reloj, está cansado.
Qué pasa Sebastián – Elizabeth le agarra de la mano. Es que
estoy muy cansado. Pero no me vas a dejar aquí sola, ¿no? No, claro que no, nos
vamos juntos.
***********
Sebastián y Elizabeth caminan hasta el Óvalo, allí toman un
taxi.
Sebastián, ¿podrías ayudarme el
domingo con un trabajo? Sí, pero en la mañana, porque en la tarde voy a grabar
un video con mi amigo. Ya, es una cosa pequeña, solo una lectura. No te
preocupes. Te has portado muy bien conmigo, qué tal si te invito el almuerzo el
domingo. No, yo te voy a invitar almorzar. Pero si me vas hacer un favor, yo
debería invitarte. Elizabeth, hace tiempo que no nos veíamos y ahora estoy muy
solo, has llegado en un momento que necesitaba a alguien. ¿Estás bien cholito?
No – Sebastián está mareado -, es lo de Elena. ¿Elena? Sí, no me ama. Pero me
dijiste que ya la habías olvidado. Nunca la he dejado de amar y cada vez está
más lejos de mí.
Sebastián deja a Elizabeth en la
casa donde ella alquila un cuarto y él se va con el mismo taxi.
***********
Son las ocho de la mañana. Keni
llama.
Hola cholo – Sebastián hace notar
con su voz que está en cama -, ¿qué fue? Oe dormilón, levántate, conseguí la
cámara y un trípode – Keni suena muy feliz. Perfecto cholo, estoy bien cansado,
pero ya me voy a levantar. Ya papi, voy a mi casa, cualquier cosa me pasas la
voz, a las cinco vamos a la casa de la tía. Perfecto cholito.
Sebastián se levanta, se pone las
sandalias y se mete a la ducha. Piensa en Alejandra, piensa que a ella no le
importa nada, que él le da de todo, pero que lo único que consigue es una
simple amistad, que quizás deba acabar con esa relación dañina, que sería mejor
que se alejara de todo. Se da cuenta que
su depresión le está ganando, desea abrazar a Alejandra. Se enjabona y trata de
pensar positivo.
Se seca, se pone medias negras de
vestir, pantalones de tela, bivirí, camisa blanca, una corbata negra y zapatos
negros bien lustrados. Acompañará a Nellita al cementerio a visitar al tío
Lobo, es un mes de su fallecimiento.
Revisa su cuenta de Facebook, la
candidata al congreso se echó para atrás, se lo comunica a Keni por el chat y
sale a la casa de su madre.
Te regalaría toditas las estrellas, solo por un beso.
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