Sunday, November 29, 2020

Carta Número 4 para Azul

Estimada Azul,

No sé cómo hacer, no sé cómo lidiar con tu ausencia. Pero ya me lo has dicho, no me quieres a tu lado como antes. Clarito me has recriminado sobre mi intensidad al buscarte. Sí, no lo puedo negar, hasta podrías haberme acusado de acoso. Perdón por eso, me lo merecería y confesaría que culpable soy. Pero ya está, ya está la distancia.

Me estoy haciendo el fuerte. Como te confesé, estoy saliendo con alguien, me ayuda a pasar el tiempo que quisiera estar contigo, no la estoy mintiendo, ella sabe que existes, sabe quién eres. Y por lo que le he contado de ti, simpática le eres.

Esta última conversación que sostuvimos fue un bonito momento, aunque era para hacer cuentas de otros, cualquier pretexto me vale como la cita que no me has aceptado. Y en la intensidad de la conversación, cuando tus ojitos se pusieron tristes, en ese momento quería abrazarte, no sabes cuánta fuerza desplegué para no hacerlo. Cuando tus hermosos ojos me miraron, sentí muy adentro, sentí la necesidad de mostrarte afecto, pero no sabía cómo reaccionarías, quizás me rechazarías violentamente y se confundirían más las cosas. Y por eso estoy aquí escribiendo con el dolor de mi corazón.

En nuestro secreto no concertado, tú sabes lo que te amo y yo sé que lo sabes. En este nuestro secreto, tú sabes que me tienes en tus manos, que me puedes pedir lo que quieras. Recuerdas mi llanto, ¿por quién lloraba?, lloraba por ti.

Atentamente,

Sebastián Rivas.








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