Mónica está pensando, el solcito
triste de este verano loco de nubes grises la pone reflexiva. ¿Qué será de Raúl? ¿Ahora estará con sus compañeros de la universidad? ¿Quizás estará de
enamoradizo con las chicas de Lima?
Decide ver el facebook de Raúl y después de detenerse en la cara de niño de aquel joven, se arma de
valor para escribirle.
Hola Raúl, dime qué es de
tu vida. (Elimina el texto).
Piensa que puede parecer
ridícula, pero luego se da ánimos, pensando que Raúl será caballero, le
responderá amablemente.
Hola Raúl, dime cómo te va
en Lima. (Elimina el texto).
Será acaso que Raúl puede
pensar que soy una sufrida, quizás y ya tenga enamorada. Quizás Raúl tenga muchas cosas que hacer antes que pensar en relaciones afectivas. Ahora
está en la universidad; ahora está en Lima, trabajando y estudiando y su vida
debe ser muy acelerada, en nada comparable a este pueblo triste.
El solcito está brillando,
y Mónica está triste. Esa tristeza es provocada por la angustia de no saber qué
hacer; quizás sería absurdo escribirle en el chat, quizás sería mejor llamarle:
Hola Raúl, qué es de tu vida, ingrato, ahora que estás en Lima ya no te
importan los amigos de tu pueblo – practica.
Recuerda los momentos felices,
aquellos tiempos que se juntaban en la casa de Elizabeth. Ellos se congregaban
allí con los chicos del colegio, siempre para escuchar música y tomar lonche.
Esos lonches eran riquísimos, porque la mamá de Eli les servía alfajores y
otros dulces.
Los alfajorcitos de mi pueblo son
los más ricos, cuánto quisiera poder ir a Lima llevándole a Raúl unos
alfajorcitos, seguro que le contentaría mucho.
******
Mónica baja para comer. No quiero
comer mamá. Pero será que estás enamorada hija, estás días que no comes bien.
Mamá, es que no quiero comer ahora, estoy haciendo mis tareas. Mónica no
estarás enferma hija. Ahora eso mamá, temprano me comí unos alfajores. Pero eso
no puede ser tu almuerzo. Mamá por favor.
Mónica se echa en su cama, coge
su almohada y suspira pensando en Raúl. Lo extraña, no pasa momentos en
que pueda dejar de pensar en él.
Recuerda que cuando Raúl era un niño gordito ella se decía que jamás se enamoraría de alguien como él;
pero Raúl se puso muy atractivo ahora, es un poco panzón, pero ahora se
ve atractivo, quizás deba ser porque la gente que va a Lima se pone guapa. Sí
eso debe ser, es que Lima es una ciudad donde hay de todo y uno aprende hablar
más rápido y la gente estudia mucho y se relaciona más y eso hace que se vean
más atractivos.
Extraña a Raúl, como le
juró, cada segundo está que lo extraña.
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