Mi madre está en su cuarto conversando con el tío Lobo. Él
está sentado en una pequeña silla - de las tantas que tiene Nella en su habitación
- y le tiembla exageradamente el brazo izquierdo.
¡Qué hice en la vida!, estoy pagando todo lo malo que hice –
Nella le cuenta a mi tío que Carmen está muriendo. Sí, ella era tan buena y te
amó siempre y la abandonaste. Estoy pagándolo ahora con Amparo y esta
enfermedad.
Mi tío se casó con Amparo y su matrimonio le es una tortura;
ella dominó su vida y lo separó de la familia. Abandonó a Elías - su hijo mayor
– como abandonó a Carmen. Tiene parkinson, mi madre nunca le había visto
temblar y eso la devastó.
¿Cómo está? Se está muriendo Ismael, mi amiga se está
muriendo – Nella llora más que por su amiga; llora por su hermano, es la
primera vez que lo ve así -; Ángela se ha ido a verla, estoy esperando su
llamada. Me tengo que ir. Cuídate hermano. Sí.
******
¡Tío Lobo! – en la sala. Papito, cómo estás mi Sebas – me abraza
y se da cuenta que he estado tomando. Tranquilo tío todo bien, ahora full
estudios. ¿Y full trago? Nada tío, solo que ayer mi pata tuvo una bronca con un
compañero de su trabajo y le marcaron la cara; me llamó y nos fuimos a tomar. Buen
motivo, cuando lo maten, tonazo fijo. Jajajajaja.
No reparé en que le temblaba el brazo, pero parece que se
incomodó que le mirara tanto. Recordé cuando me enseñó a manejar bicicleta.
*****
Pedalea, pedalea nomás yo estoy sosteniendo la bicicleta.
Tío no me sueltes, por favor no me sueltes – estaba con mucho miedo. Estás
manejando, ves; estás manejando solito.
El tío Lobo aprendió a manejar bicicleta conmigo; él no
sabía manejar y se alquiló una bicicleta para enseñarme y también aprender.
Cuando ya tenía seguridad con mi bici, mi tío se puso en su bici y trataba,
pero se caía; yo no me reía, lo respetaba mucho, lo admiraba porque a pesar que
ya era grande, él estaba aprendiendo como si fuera un niño. Lo admiré más cuando
logró hacerlo.
*****
Me despido del tío Lobo y veo a mi madre.
Tu tía Carmen está mal papito. ¿Quién es Carmen? – sigo con
el efecto del alcohol. ¡Cómo que quién es tu tía Carmen! No recuerdo mamá, creo
que se me ha borrado el chip. ¡Pero Sebastián!, seguro has estado tomando otra
vez. Sí, ayer me fui con el Negro a tomar. Ese amigo tuyo no lo quiero ver.
Pero si él nunca viene acá. Pero igual no lo quiero ver, siempre paras tomando
con él; te va traer problemas. Sí, creo que tienes razón mamá; porque el Negro
es alcohólico, todos los días toma. Ya vez, encima sinvergüenza me cuentas que
tu amigo es alcohólico. Pero te cuento para que sepas que yo tomo con cabeza.
Ay Sebastián, tú y tu tío me van a matar de la angustia. Ya Nellita, perdóname Nellita;
mejor voy a descansar un poco.
******
Fui a la casa de mi madre por algunas frutas, no tengo para desayunar así que lo mejor que puedo hacer es comer fruta. Conseguí unas
mandarinas y plátanos en la mesa.
Llego a mi cuarto, sigo mareado; me desnudo y me meto en
la ducha.
¡Joder! – recuerdo que digo “joder” desde que trabajé en el
Call Center -, ¡Joder!, ¡qué helada está el agua!
Me seco, me pongo mi pijama – la que me regaló Ángela por mi
cumpleaños -, y me tiro en la cama a pensar en esa persona que me dejó.
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