En Skype:
Albert: Hola chiquita, recién llego de chambear, nos tienen
como a esclavos. El viernes viajo para Arequipa a las 6 de la noche, voy a
estar full.
Rosa: ¿Y cuándo vuelves?
Albert: Regreso en marzo... Qué tal si nos vemos el jueves
en la noche.
Rosa: No puedo, en la mañana estaré en el estudio, luego iré
al curso de la ONPE y en la noche a mi clase de inglés. ¿Por qué no nos vemos
el vienes en la tarde? Puedo pedirle al doctor para ausentarme.
Albert: Asu qué ocupada la señorita. No puedo, se me complica. Tengo que hacer unos reportes hasta el medio día, de allí ir a mi casa para alistar mis cosas y salir al aeropuerto.
Rosa: ¿Y si nos vemos en la mañana? Puedes venir eso de las
7 y nos quedamos un ratito.
Albert: Es que el jueves nos hacen despedida a los que vamos
al campamento, seguro estaremos tomando y me levantaré tarde.
Rosa: Bueno, entonces nos veremos en marzo.
Albert: Lo veo complicado, pero te debo una por la discusión
del lunes. Voy a ir temprano, a las siete me das el encuentro en Aviación.
Rosa: Ya, te prometo que no te vas arrepentir.
Albert: ¿Dime cómo irás vestida para reconocerte?
Rosa: Cómo dices, tan rápido te has olvidado de mí. Escribe
mi nombre.
Albert: Elena, ese es tu nombre de batalla creo… No, es
broma, Rosita. Chiquita, te voy a cortar, ya no jalo y mañana tengo harta
chamba.
Rosa se levanta muy temprano, son las seis y está preocupada
porque todo esté ordenado. Ha trapeado el piso, colocado los libros y ordenado
los peluches. Quiere conquistar a Albert, por ello ha preparado jugo de mango –
la fruta que a él le gusta – y tiene unas galletas de vainilla. Suena su
celular, es él y le está esperando en Aviación con Javier Prado. Sale con
apuro.
Entran al apartamento, ella se queda mirándole y él la
abraza y la besa. Ella se ha dado cuanta que está excitado.
¿Has desayunado? No, me levanté y con la misma vine, pensé
que llegaría tarde. ¿No te has bañado?, recuerda que sin baño no hay paraíso.
Claro que sí… dos veces, ayer en la noche y hoy antes de venir. Sírvete. ¡Qué
rico chiquita!, que buena eres – Albert toma el jugo, pero rechaza las galletas
-; quiero dormir, estoy cansado, vamos a la cama.
Albert se quita la ropa y Rosa se admira de la truza que
lleva puesto, es de rayas multicolores que le hace ver muy sexy. Ella se
desviste y se echa en la cama. Albert quiere ir a la acción, pero Rosa le pide
para descansar un rato recostada en su pecho.
Claro chiquita, no te preocupes, yo también estoy cansado.
¿Y qué tal estuvo tu reunión de despedida? Tranquilo, solo fuimos cuatro patas.
¿Pero no era organizado por la empresa? Es un decir, mira la empresa la conformamos ocho
ingenieros, que vayan cuatro es la mitad… pero parece que la gente estuvo más
pensando en Valentine's Day que por eso se retiraron.
Después de hacer el amor, ambos se van a la ducha como lo
habían acordado antes por teléfono. Ella le seca con una toalla blanca
especialmente puesta en el baño para esta ocasión.
No encuentro mi media. Pero si lo habías dejado en la cama,
yo vi las dos medias allí. Pues no está – Albert busca debajo de la cama,
levanta el colchón, no encuentra por ninguna parte -. Quizás entre las ropas,
quizás esté en el jeans – Albert se baja los pantalones y la truza para darse
cuenta, parece un niño y Rosa se ríe. No lo encuentro, asu, ya se me hace
tarde. Pero es imposible, fuimos juntos al baño, y dejaste tus medias en la
cama, es imposible que se haya perdido.
Pasaron tiempo buscando la media pero no la encontraron,
Albert resignado se va, antes decide quitarse la media que se había puesto y
llevarla en el bolsillo.
No será un pretexto para que vuelvas. No chiquita, ahora no
estoy jugando, estoy con apuro. Ya te llamo cuando estoy en el aeropuerto.
Bajan juntos, ella lo ve tomar un taxi rumbo a Surco.
No comments:
Post a Comment