Wednesday, February 26, 2014

El viaje

Antonio esta triste porque no sabe nada de Elizabeth, ha pasado tres semanas que ni siquiera se escriben. Él no lo hace porque la última vez que conversaron por mensajes de texto le pareció que las palabras de ella no tuvieron los gestos emotivos de antes.

Antonio coge el celular y escribe:

Loquita me estoy yendo al pueblo de mis padres, ¿cuánto me hubiese gustado ir contigo?

Pero no lo envía. Mira las montañas y se conmueve al darse cuenta lo insignificante que es para la naturaleza. Los Andes son impresionantes, en invierno están llenos de vegetación y aparecen charcos a manera de lagos efímeros, porque después de media hora de llover acontece una media hora de brillo solar – insoportable - que evapora lo depositado en la planicie.

Decidió ir en auto, que es más costoso, porque las carreteras del centro, según su madre y como él lo esta verificando en este viaje, son muy peligrosas. Son siete horas de viaje, y las siete horas tiene a Elizabeth en la cabeza. Saca el libro que ella le regaló y lo lee, pero tan bonito paisaje y el recuerdo de la sonrisa china de Elizabeth perturba su lectura.

Se ha ido solo porque no tiene quién le acompañe y también porque si invita a alguien tendría que correr con todos los gastos, haría ese esfuerzo por Elizabeth. 

Friday, February 21, 2014

El perdedor

No me has robado aquello que te di. 
Marioooo… - Juanito se alegra de verme -. ¡Niño Juanito!, ¿cómo te va?, te voy a invitar un chocolate – Todos le llaman Juancito, pero yo le llamo Juanito; nos acercamos a la tienda y me pide un helado d’onofrio -. Gracias Mario. De nada, salúdame a tu mamá. Ya.

Juanito se va rumbo a la casa de su tía, ya tiene 11 años, está gordito como su padre y tiene los ojos tan grandes como los de su madre. De pronto me pongo nostálgico porque recuerdo que Juanito me llamaba papá cuando comenzó hablar.

Me apresuro para llegar al instituto, pienso que debería ir con el Metro de Lima, pero desisto. Llego con quince minutos de retraso, la profesora me deja esperando quince minutos más para que escarmiente, siempre hace lo mismo y aún no he escarmentado, siempre llego tarde.

Termino mi clase de inglés, tomo un carro al centro de Lima, voy caminando por Jirón de la unión y antes de llegar a la Plaza San Martin encuentro un chifa que me parece interesante, decido comer allí.
Un aeropuerto por favor. ¿Con wantan o sopa? – pregunta la china -. Con sopa por favor.

Un chinito gordito me alcanza los cubiertos. Tomo la sopa y está deliciosa; el aeropuerto, insuperable. Pienso que debería tomarme una foto en este chifa y recomendar a mis amigos que vengan aquí.

Voy caminado hasta Puente Trujillo para tomar un carro en Evitamiento; pero me llama Enrique y me dice que está por el centro, que me va invitar una chelas para conversar, quiere que le ayude con algunos ejercicios de lógica.

Subimos a un bar de la Chabuca Granda, me da sus ejercicios y mientras los voy resolviendo me va contando su desastrosa vida con Isabel.

Es que no sabes cómo es esa mujer, ya me ha pedido dos veces que me vaya de la casa. ¿Pero es su casa? Sí, pero tú eres mi amigo y deberías apoyarme. Pero Enrique, tú la engañaste, tú malograste la relación y ella ya no quiere nada contigo. Sí estoy allí es por mi hija, yo no quiero que mi hija pase lo que pasé, quiero que ella viva con una familia. Pero Isabel ya no te quiere y como me cuentas ya está con otro. Ese conchasumadre, ya lo conozco, es su compañero de la universidad – Enrique se pone melancólico -. Qué pasa, tan rápido te has mareado, ni yo; ya terminé los ejercicios, tengo que irme a casa porque tengo una evaluación en línea hasta las 6. Pero un par más. Mejor vamos a mi cuarto, doy la evaluación y la seguimos.

Bajamos el Puente Rayos del Sol, vemos la obra Vía Parque Rímac y Enrique se queja de la alcaldesa. Yo la defiendo, pero Enrique no escucha razones.

Llegamos a mi habitación, prendo la computadora y abro mi campus virtual.

Wow, tú sí ah – Enrique ve mis calificaciones que superan la nota 16 -. ¿Y tú como vas en Cibertec? Bien, voy bien. ¿Ahora me enseñas tus notas? ¿Para qué?, suficiente con que te diga que estoy bien, tú eres mi amigo y debes creerme.

Doy mi evaluación, presiono enviar y mi calificación es 20. Enrique se emociona – ya está picado –, me toma de los hombros y me samaquea, se ríe y me dice, ¡bien cerebrito!

Qué bonita es tu vida Mario, te gusta estudiar, trabajas en lo que te gusta y siempre estás de aquí para allá. Estoy tranquilo – me pongo un poco melancólico -, pero tú vida es más bonita, tienes una hija y tienes una familia por quién luchar. Una familia que hice añicos por engañar a Isabel. Pero que vas a recuperar sincerándote con ella, diciéndole que la amas y siendo terco te va a volver a querer. Lo hago todos los días. Sigue haciéndolo, ella te ama, estoy seguro, solo es orgullo. ¿Cómo puedo hacer? ¿Duermes con ella? No, ahora estoy durmiendo en la sala. Pues ve a tu cuarto y duerme con ella. Pero no quiere. Tú solo ve a tu cuarto y si te pide que te vayas, ponte terco y dile que esa es también tu cama. Pero se molesta. ¡Qué importa!, abrázala, engríela y si se molesta tú sigue insistiendo, ella terminará por dar su brazo a torcer; desvístete en su delante, dile cosas bonitas y aprovecha los domingos para invitarla a comer. Pero no quiere salir conmigo. Sal con la bebe y pídele que te acompañe, llévala al Parque de las Leyendas, ¿ya han ido a Huachipa? No, pero no va querer. Entonces sal tú con tu hija, si ella no quiere es su problema, igual tu sales con tu hija. No sé qué hacer Mario, ta mare, de su boca ha salido todas las palabras más hirientes. Y de tu boca debe salir las palabras más hermosas para ella, porque tú estás enamorado de Isabel. Sí – se pone a llorar -. Enrique, no desesperes amigo, ella te va volver amar, solo tienes que ser un cholo terco, y eso es fácil para ti.

Le acompaño a tomar su carro y ya que estoy en la avenida decido ir a Mangomarca a recoger un usb que dejé en la casa de Marcos. Al regreso bajo antes de cruzar el Puente Nuevo y me doy con la sorpresa de ver a Elena parada en Inkafarma esperando que Henry termine con una compra. Ella me mira y se voltea, me paso de largo y volteo el rostro para ver esa familia. Elena abrazada por Juanito y al lado, su esposo.


Thursday, February 20, 2014

Solo es un nombre

Esta flor es para ti.
Ella está revisando los expedientes y lee en uno de ellos que el solicitante es un tal Albert García Correa, la materia hace referencia a la ley 29227, ley del divorcio. Recuerda a Albert y decide enviar un mensaje:

Mensaje de Rosa: Sabes Albert, hasta ahora no encuentro tu media.

Nadie le responde, piensa que quizás Albert estará en otros asuntos y que escribirá después. Pasa la tarde y se preocupa que Albert no le haya escrito.

Al día siguiente termina las esquelas y el doctor le pide que lleve los expedientes del 400-415 del 2013 para revisarlos. Entre estos expedientes está la del tal Albert. Rosa decide llamar.

El celular de Albert está apagado.

Por la tarde se queda ojeando el expediente 402-13, lástima que el solicitante no adjuntó copia del DNI. Piensa que puede ser Albert, se dice a sí misma que es muy probable que sea Albert, deben haber pocos Albert que vivan en Surco, dirección que consigna el Sr. García.

Ya es miércoles y Albert tiene el celular apagado. Decide abrir el Skype para saber si se ha intentado comunicar, a pesar que acordaron no comunicarse más por este medio, pero quizás algo le pasó al celular, se motiva.

En el Skype escribe:

Cómo te va Albert, espero que te encuentres bien. Tu celular no responde.

Es Jueves, Rosa sigue leyendo y releyendo el expediente, pero no le da ninguna pista  de que sea el Albert que solo vio dos veces en persona. La primera vez fueron a tomar un café y conversaron mucho. La segunda vez fue el 14 de febrero en su casa para hacer el amor como lo habían acordado como una locura de los forever alone.

Mario la observa y pregunta:

¿Qué pasa?, ¿por qué estás desanimada? No es nada solo es que este expediente tiene el nombre de alguien especial. Pero solo es un nombre. Tienes razón, es solo un nombre y me estoy haciendo un mundo.

Mario revisa el expediente y la invitada a conciliar es Elizabeth Nolasco Gamarra, entonces recuerda a Elizabeth, abre su facebook y se sorprende porque Elizabeth ha cambiado su perfil. 

Saturday, February 15, 2014

En el día del amor

En Skype:

Albert: Hola chiquita, recién llego de chambear, nos tienen como a esclavos. El viernes viajo para Arequipa a las 6 de la noche, voy a estar full.

Rosa: ¿Y cuándo vuelves?

Albert: Regreso en marzo... Qué tal si nos vemos el jueves en la noche.

Rosa: No puedo, en la mañana estaré en el estudio, luego iré al curso de la ONPE y en la noche a mi clase de inglés. ¿Por qué no nos vemos el vienes en la tarde? Puedo pedirle al doctor para ausentarme.

Albert: Asu qué ocupada la señorita. No puedo, se me complica. Tengo que hacer unos reportes hasta el medio día, de allí ir a mi casa para alistar mis cosas y salir al aeropuerto.

Rosa: ¿Y si nos vemos en la mañana? Puedes venir eso de las 7 y nos quedamos un ratito.

Albert: Es que el jueves nos hacen despedida a los que vamos al campamento, seguro estaremos tomando y me levantaré tarde.

Rosa: Bueno, entonces nos veremos en marzo.

Albert: Lo veo complicado, pero te debo una por la discusión del lunes. Voy a ir temprano, a las siete me das el encuentro en Aviación.

Rosa: Ya, te prometo que no te vas arrepentir.

Albert: ¿Dime cómo irás vestida para reconocerte?

Rosa: Cómo dices, tan rápido te has olvidado de mí. Escribe mi nombre.

Albert: Elena, ese es tu nombre de batalla creo… No, es broma, Rosita. Chiquita, te voy a cortar, ya no jalo y mañana tengo harta chamba.

Rosa se levanta muy temprano, son las seis y está preocupada porque todo esté ordenado. Ha trapeado el piso, colocado los libros y ordenado los peluches. Quiere conquistar a Albert, por ello ha preparado jugo de mango – la fruta que a él le gusta – y tiene unas galletas de vainilla. Suena su celular, es él y le está esperando en Aviación con Javier Prado. Sale con apuro.

Entran al apartamento, ella se queda mirándole y él la abraza y la besa. Ella se ha dado cuanta que está excitado.

¿Has desayunado? No, me levanté y con la misma vine, pensé que llegaría tarde. ¿No te has bañado?, recuerda que sin baño no hay paraíso. Claro que sí… dos veces, ayer en la noche y hoy antes de venir. Sírvete. ¡Qué rico chiquita!, que buena eres – Albert toma el jugo, pero rechaza las galletas -; quiero dormir, estoy cansado, vamos a la cama.

Albert se quita la ropa y Rosa se admira de la truza que lleva puesto, es de rayas multicolores que le hace ver muy sexy. Ella se desviste y se echa en la cama. Albert quiere ir a la acción, pero Rosa le pide para descansar un rato recostada en su pecho.

Claro chiquita, no te preocupes, yo también estoy cansado. ¿Y qué tal estuvo tu reunión de despedida? Tranquilo, solo fuimos cuatro patas. ¿Pero no era organizado por la empresa? Es un decir,  mira la empresa la conformamos ocho ingenieros, que vayan cuatro es la mitad… pero parece que la gente estuvo más pensando en Valentine's Day que por eso se retiraron.

Después de hacer el amor, ambos se van a la ducha como lo habían acordado antes por teléfono. Ella le seca con una toalla blanca especialmente puesta en el baño para esta ocasión.

No encuentro mi media. Pero si lo habías dejado en la cama, yo vi las dos medias allí. Pues no está – Albert busca debajo de la cama, levanta el colchón, no encuentra por ninguna parte -. Quizás entre las ropas, quizás esté en el jeans – Albert se baja los pantalones y la truza para darse cuenta, parece un niño y Rosa se ríe. No lo encuentro, asu, ya se me hace tarde. Pero es imposible, fuimos juntos al baño, y dejaste tus medias en la cama, es imposible que se haya perdido.

Pasaron tiempo buscando la media pero no la encontraron, Albert resignado se va, antes decide quitarse la media que se había puesto y llevarla en el bolsillo.

No será un pretexto para que vuelvas. No chiquita, ahora no estoy jugando, estoy con apuro. Ya te llamo cuando estoy en el aeropuerto. Bajan juntos, ella lo ve tomar un taxi rumbo a Surco.

Rosa regresa y busca la media que dejó Albert, pero no la encuentra. Piensa que quizás la escondió en alguna parte para hacerse el chistoso. No la encuentra, se cansa de buscarla y se dice que en algún momento la encontrará, pero se pone triste porque cuando la encuentre no tendrá el perfume de su amado.

Sunday, February 9, 2014

Un bonito domingo

En la casa de la hermana María hay una actividad pro salud de su madre, le estoy colaborando con una pollada. Me encuentro con Mery (17), Nicoll (17) y Luana (18); están comiendo en una larga mesa. Sentado al frente de ellas, converso de cómo les va en la iglesia, son ya cinco años que no visito el templo, ellas me miran inquietas sin saber qué preguntarle a quien fuera su maestro de la escuela sabática.

¿Y cómo están chicas? – inicio la conversación. Bien – repiten las tres. ¿Por qué ya no viene a la iglesia hermano Antonio – pregunta Mery. Sí hermano, lo extrañamos, aunque sea debe venir de visita – dice Nicoll, con falsedad.

De pronto, entra Lourdes con su enamorado – en la iglesia le llaman “amigo especial” – Carlos; ella me mira y se incomoda, la quiero saludar pero me rechaza el beso diciéndome así nomás. No sé porqué es distante y Carlos, con quien no he tenido mayor acercamiento, me mira con hostilidad.

Hermano Antonio aún no me has pagado – me dice la hermana María. Sí, si le he pagado, le dejé allí en la cocina. No, no me has pagado, aquí no hay nada. Pero allí estaba Javier y vio cuando le dejé el dinero, yo mismo le dije que le estaba dejando en la mesita. Sí, pero no hay nada, no te habrás equivocado hermano. ¿Y Javier qué dice?, él vio el dinero. No, yo no vi el dinero, solo te escuché y te dije sí, pero no vi – Javier se apresura en desmentirme.

Lourdes se ríe, y me incomodo más. Muestro mis bolsillos, están vacíos, y llevaba conmigo un billete de diez soles. Siento que cada persona que me rodea es un enemigo potencial.

No se preocupe hermano – la hermana María se resigna. Jajajaja  - ríe Lourdes. Nada de que no me preocupe hermana, yo le puse mi billete en la mesita, Javier debe haberlo cogido. Yo no he cogido nada, cómo lo voy a coger, yo no tengo esas malas costumbres – Javier está temblando porque he sacado una conclusión acertada. Jajaja – sigue riendo Lourdes. ¡Puedes dejar de reírte!, ¡así dices que eres psicóloga!

Carlos se levanta y hace como quisiera pegarme. La hermana trata de calmarnos y de pronto Javier sale de la habitación; corro tras de él. Estábamos en el tercer piso y no hay mucha luz, las escaleras no tienen focos así que me da miedo bajar porque la casa es muy grande y antigua. Encuentro a Marcos y Luis en el segundo piso.

¡Antonio! – me abraza Marcos extrañado de meses de no vernos. ¡Amigo Antonio! – lo mismo hace Luis. ¿Y qué haces con esa caja de cigarros?, pensé que Cajamarca te habría cambiado el hábito. No, solo es por hoy, ya no fumo – Luis ríe nervioso. Ya, no seas niño golosina; ahora vuelvo.

Sigo bajando las escaleras, son muchos los escalones. Llego a la salida y hay poca luz, no encuentro a Javier. Al frente a una distancia considerable, Marcos y Luis se despiden, ambos están en una motocicleta negra, quien los lleva es un hombre cubierto todo de negro. Y tan solo a unas cuadras de haber avanzado, la moto explota.

Me desespero y corro hacia el lugar, marco el 105 para pedir ayuda, se ha hecho un circulo de gente en el lugar del siniestro. Miro a Luis y aún está vivo.

Antonio, mi papá, mi papá… - no entiendo a Luis. Espera, ya van a venir por ti amigo… ¡ayuda por favor ayuda!, ¡alguien ayude por favor! – comienzo a llorar.

Despierto, llamo a Marcos, pero su celular está fuera de servicio. Le envío un mensaje de texto a Luis, pero no me responde. Prendo la computadora y veo el facebook de Luis para saber si algo le ha acontecido, no tengo el facebook de Marcos. No encuentro nada fuera de lo normal.

Suena mi celular y es Paty preguntando por la matricula, ella no sabe nada de mis amigos. Le digo que también ignoro sobre las fechas del proceso y que mejor consulte con Kelly.

Es un bonito domingo, está soleado, nada malo ha pasado solo ha sido un sueño. Lourdes se levanta de la cama y se acicala en el baño. 

Saturday, February 8, 2014

Perezca el día en que nací

No vino Jhonnatan y Elizabeth se fue a sus clases de danza. Extraña a sus amigos, se conforta diciéndose – y esto lo hace en voz alta mientras camina – que a Elizabeth la verá el sábado cuando le enseñe Lógica y a Jhonnatan el domingo para hacer los mapas conceptuales.


“Perezca el día en que nací,
la noche que se dijo:
¡Un niño ha nacido! (3)

Exclama encima de una banca que está al frente de la Conejera – una Pabellón desolado de la Cantuta.

“Sea aquel día sombrío,
no lo recuerde Dios desde lo alto,
ni claridad sobre él resplandezca. (4)

Ya se ha aprendido el poema más bello de la literatura; y, aunque el poema es triste y lo recita simulando dolor, se pone feliz.

“Reclámenlo las tinieblas
y la sombra de muerte;
nublado repose sobre él,
y un eclipse lo estremezca (5)

Cuando menciona eclipse, lo hace con mucha fuerza e imagina el mundo en oscuras total.

“Oscuridad se apodere
de aquella noche.
No sea contada entre los días del año,
ni en el número de los meses. (6)

Un par de enamorados pasan por allí y se sorprenden por su recitación. En la conejera está un docente y le está viendo, igual continúa porque quiere hacerle entender que no le importa su presencia.

“¡Sea aquella noche solitaria,
Sin canción alguna! (7)

El profesor se acerca y se sienta en la banca de concreto donde Antonio exclama los versos de Job.
¿Te incomoda? No, estoy practicando para el concurso de poesía, y si alguien está cerca será mejor, así me imagino que es el público que me estará viendo. Entonces continúa.

“Maldíganla los que maldicen el día,
Los que están listos a despertar
al leviatán. (8)

Se da cuenta que no sabe qué es el leviatán.

“Oscurézcanse las estrellas,
espere la luz y no venga,
ni vea los párpados de la mañana. (9)

“Por cuanto no cerró las puertas
del seno donde yo estaba,
ni escondió de mis ojos la miseria. (10)

Se baja de la banca, solo se ha aprendido esos versos, le faltan más. Mira al profesor y recién nota que es casi un anciano.

¿Cuántos años tienes? 16. Eres un niño. Nada que ver, soy joven. Pero la ley te trata como un niño, ¿eres cachimbo? No, estoy en el segundo ciclo, ¿usted enseña aquí? No, vengo para una conferencia, quería conocer las instalaciones y pasé por aquí, dime dónde están las placas en memoria de los alumnos caídos por el terrorismo. Ah eso está al frente de la entrada. Si me guías te invito una gaseosa. Ya pues.

Ambos se dirigen al lugar de la memoria, y van conversando tomando las gaseosas que compraron.
¿Y esa capilla? Está abandonada, ¿quiere ir a ver? Vamos.

La capilla está descuidada, solo son columnas y algunos techos. Tiene botellas de cerveza y cigarros, Antonio pensó que sería un buen lugar para recitar.

Arriba hay salones, ¿podemos ir? Sí, pero no he ido allá. ¿No quieres ir? Está bien –no está muy convencido.  

Antonio siente un poco de temor porque esos salones están en la falda del cerro y nadie va por allá. Están sudando harto aunque es un día gris, día raro en Chosica.

Aquí no hay nadie, pero es bonito este lugar, seguro que no vienen porque quieren evitarse subir el cerro. Seguro, pero alguien ha estado por aquí, mire esta carpeta, está limpia en comparación de las otras. Es que es un lugar propicio para venir en pareja – menciona el conferencista.

Antonio lo mira fijamente y se inmoviliza. El anciano se le acerca y le toca la cara.

Los versos han sido copiados de capítulo 3 de Job, de: 
Sociedad Bíblica Emanuel (2000). Santa Biblia Nueva Reina – Valera. Argentina.

Friday, February 7, 2014

El dinero

Lo primero que piensa es en Elizabeth, piensa si ya se habrá levantado. Son las seis y media, tiene que salir a las siete si no quiere llegar tarde. Prende la radio y pone en Planeta, pensando que de esa manera se acostumbra al inglés. Toma una ducha rápidamente, se viste y sale apresurado al estudio.
El doctor lo mira con una cara de sorprendido, ha llegado con media hora de retraso y encima no se ha puesto corbata.

Socio, ¿qué ha pasado? Disculpe doctor, se me pegaron las sábanas. Muy mal socio, creo que quieres ser burócrata. No doctor, nada que ver, ayer estuve estudiando hasta tarde.

Se pone a revisar los expedientes y falsificar la firma del doctor, él no quiere ser interrumpido para que le pidan una rúbrica, que le ha dado la autorización de firmar documentos irrelevantes. Mira su celular y le da ganas de llamar a Elizabeth, pero se reprime porque quizás la incomode.

Imprime los documentos, los sella y los firma, sigue esa rutina hasta que el doctor le manda salir a los juzgados a entregar algunos expedientes, le toca ir al juzgado de Lurín, el viaje es más o menos una hora así que lleva su libro. Espera un carro que esté vacío para poder sentarse. Está leyendo “Meditaciones Peruanas” de Víctor Andrés Belaunde, un libro que compró en basar suelo por tan solo cuatro nuevos soles. Lee la biografía y se entera que Víctor Andrés es arequipeño, lo que le recuerda a su amigo.

¿Su pasaje? ¿Cuánto es? ¿A dónde va? Al juzgado de Lurín. Son tres soles cincuenta. ¿Y universitario? Dos soles. Pero allí dice que es un sol cincuenta. ¿Entonces para qué pregunta? – La cobradora se molesta.

Continúa leyendo la biografía que Basadre le ha hecho a ese Belaunde. Y timbra su celular.

Buenas tardes – hace como que no ha reconocido la llamada. ¿Con el señor Rojas? Sí, ¿con quién tengo el gusto? – le sigue la corriente a Arturo. Soy el director de la Ugel 05, señor queremos decirle que su file se ha perdido así que tiene que venir pronto porque lo vamos a retirar del concurso de adjudicación. Pero ahora no puedo – lo dice preocupado para que su amigo crea que ha caído en su gracia -, ahora estoy en mi trabajo, por favor ¿cree que puedo ir mañana? Jajaja, ya huevas, qué haces. ¿Cómo dice?, por favor señor, ¿puede ser claro? Nada cerebrito, soy yo Arturo, no jodas, ¿no me reconoces? ¡Si serás!, ¡cómo es posible que te expreses de esa manera ingeniero de pacotilla! Jajajaja.

Arturo es ingeniero de minas y trabaja en Cajamarca, parece que le va muy bien, porque siempre para molestándolo por lo poco que gana.

¿Estás vacacionando? Nada que ver Arturito, ahora estoy chambeando. Tú nunca paras de chambear, ya tendrás una gran fortuna, ¿ganarás más que yo? ¿Si de cultura y experiencia hablas?, ¡por supuesto! Jajajaj, no yo estoy hablando de dinero. En ese sentido creo que no tengo mucho reconocimiento, pero ya vendrán mejores épocas.

Monday, February 3, 2014

¿Cuánto te necesita?

¿Qué pasa hermanito? Estoy preocupado porque no sé qué tanto hace Elizabeth en su pueblo – Mario recuesta la cabeza en las piernas de su hermana. Pero no dices que la agencia donde trabaja la ha mandado allá y está aprovechando para ver a su madre que está enferma – Chana le hace piojito a su hermano. Ay Chana, tengo muchas dudas de Elizabeth, a veces pienso que no le intereso nada, en otros momentos que me quiere como amigo o como hermano; y también me ilusiono pensando que me ama. 

Chana es confidente de Mario y le ha aconsejado muchas veces que se arriesgue y le confiese a Elizabeth lo que sienta, pero él tiene miedo de ser rechazado y perder la amistad de su amada.  


Pienso que debe estar conversando por el chat o el móvil con William, pienso que debe estar diciéndole cosas bonitas, tengo celos de las cosas que le dirá William y que ella le ha de permitir – Mario se desespera. Pero es su enamorado, me supongo que se han de tratar muy afectuosamente. Sí, y a mí solo me dice amigo y nunca me inicia una conversación; siempre soy yo quien inicia la comunicación, siempre soy quien la tiene que llamar; pero ella llamará a William porque es su enamorado. ¿Y qué quieres? – Chana ya se cansó de llamarle la atención a su hermano, ahora solo se preocupa en consolarlo y hacerle que hable para que no se estrese tanto. Quisiera que se dé cuenta que la necesito tanto como la necesita su madre - Mario llora como un niño, Chana lo abraza. Ay hermanito, ¿para eso tomas?