Wednesday, December 30, 2020

Piscina

Sebastián camina junto a Moisés y Samuel por el riel del tren, Samuel le conversa.

(-) ¿Y por qué no te casaste con mi mamá?

(-) Porque si me hubiese casado con ella no sería tu tío preferido.

(-) ¿Pero tú te querías casar con mi mamá?

(-) No, porque ella siempre me molesta, ella es como mi hermana, nos peleamos como hermanos a veces.

(-) Yo también me peleo con Moisés, pero le protejo cuando me necesita porque es mi hermano menor.

(-) Por eso mismo tu mamá me protege también a mí, a pesar que me molesta mucho, ella siempre me protege, porque ella es la mayor, por eso me quiere como si fuera su hermano menor – Sebastián dice lo último con una sonrisa maliciosa, Elena es su menor.

Pagan las entradas, entran al club y se dan con la sorpresa que está totalmente vacío, el encargado les dice que nadie ha reservado, pero que todas las instalaciones están para atenderlos. Elena mira cómplice a Sebastián, le abraza de la emoción; los chicos también se abrazan festejando su buena suerte, tendrán la piscina para ellos solos.

Los chicos se ponen en la piscina, se divierten como nunca, Estrellita mira a los más pequeños, admirando a sus nuevos primos. Sebastián le toma una fotografía y Elena le comenta.

(-) ¿Por qué Estrellita está triste?

(-) Ella es así, siempre está callada, pero está contenta de ver a los chicos, a ella le gusta los niños.

(-) Sí, eso me he dado cuenta, ella debe estudiar para ser profesora, seguro que le gustaría ser profesora de primaria.

(-) Quizás, también atiende a los hijos de mi hermana mayor.

(-) Sabes, el joven que me dio las entradas me dijo si todos los chicos eran nuestros hijos, imagínate, tú y yo con cuatro hijos. Le dije que sí, el pobre se quedó con el ojo cuadrado al ver a Estrellita, prácticamente la habría tenido a mis quince años.

(-) Jajajaja… deja de sorprender a la gente.

(-) Yo encantada de tener dos hijas, además tus sobrinas son tan lindas.

(-) ¿Qué trajiste de comer?

(-) Sándwich, para la bebe le traje integral.

(-) Tendré que comprar comida, ellas comen bastante.

Moisés no se quiere meter al agua, pero Elena insiste y le pide a Sebastián que lo cargue. Ella no se meterá porque no trajo ropa de baño, se lamenta siendo que la piscina la tienen para ellos solos. Moisés se aleja de la piscina gritando que tiene miedo al agua, que no se quiere meter a la piscina, que a pesar que le prometió a su madre que se metería a la piscina no lo hará, que le promete que cuando tenga cinco años lo hará, que le da miedo el agua.

******* 

Sebastián se aleja un poco para pensar, se ha puesto melancólico porque quisiera también compartir este día con Azul, mira su celular y nota que ella ha visto el estado de Facebook que colocó. Al menos le ha visto. Piensa en voz alta, mirando la foto del WhatsApp de Azul:

“Sería genial tener todo este club para nosotros solos, te invitaría a comer lo que gustes, nos pasearíamos en los caballos, luego en las cuatrimotos, le pagaría el doble a la señora para que nos permita jugar en la cama saltarina – ríe maliciosamente cuando dice “jugar”.

“Aunque, sabes Azul, no me gustaría comprar comida, me gustaría que cocines, sería genial que te traigas las arepas rellenas de palta, tomate y atún, esas me gustaron mucho; y que nos hagas pastas... Aunque, la cosa aquí es hacer parrilla, yo dispuesto hacer parrilla, claro tú sazonarías la carne.

“No sabes cuánto te quiero Azul – le da un beso a la imagen de su pantalla -, te quiero mucho.”

Moisés se sienta a su lado, se miran y sonríen, Elena les tomó una foto.

(-) ¿Qué pasa Sebastián?, ¿estás pensando en Azul?

(-) Estoy tranquilo, solo que la admiro, la quiero mucho.

(-) Me sentiría celosa en otros tiempos, pero ahora no… Ya sé que eres un tonto para el amor, la verdad eres muy tonto para el amor, pero eres bueno. Espero que ella no se aproveche de tus sentimientos.

(-) Azul es una buena persona, es una persona correcta y eso es lo que me ha enamorado. Igual, ya estoy tranquilo.

(-) Ay Sebas, te quiero amigo, si ella te hace algo malo soy capaz de sacarle los ojos; porque ahora tú eres como mi hermano.

(-) Ya sé, ya sé, soy como tu hermano menor.

(-) Pero yo soy menor.

(-) Cosa que no parece.

(-) Jajajaja, maldito… ¡Cómo dices!, ¿me estás diciendo vieja?

(-) A ver Moisés, ¿quién es mayor?, ¿tu mamá o yo?

(-) Mi mamá – Moisés responde cómplice.






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