Friday, December 11, 2020

Monedas

(-) ¿Qué fue Henry?, habíamos quedado ir a comprar cables para los cuartos.

(-) Seguro no leíste mi mensaje. Tengo las amígdalas inflamadas.

(-) No lo leí cholo. Estoy tan preocupado con las clases y encima lo de Keni.

(-) ¿Cómo está?

(-) Mal, está muy mal mi amigo. Ya ni quiere conversar. Ayer fui a pagarle lo que me prestó, caminamos hacia el banco y no habló nada, está muy triste, no tiene ánimo de nada.

(-) Yo también cuando estoy mal no quiero hablar con nadie.

(-) Se está abandonando mucho, dejó un curso que nos habíamos matriculado juntos.

(-) Lo entiendo. Pero también sabemos que es parte de la vida. Son etapas que todos debemos pasar. ¿Y cómo te va con los venezolanos?

(-) Distanciado, es mejor así. Ellos no comprenden mi posición, yo quería ser amigo, pero me doy cuenta que es inútil con ellos.

(-) Tal vez es una manera de mostrar su molestia con lo que ha pasado. Ellos son aves de paso, no les tomes mucha importancia.

(-) Lo cierto es que solo me acerqué por Azul, quizás si ella no estuviera entre ellos no hubiese mostrado tanta confianza.

(-) A ella no le importa, así que no te molestes más ni por ella ni por ellos.

Sebastián se levanta de la cama, camina hacia el baño sin sandalias, solo lleva medias puestas. La supervisora le ha llamado varias veces, siente que algo no anda bien. Se pone a la computadora para escribirle.

(-) Miss qué pasó

(-) Profesor Rivas buenos días, hoy tenemos visita de estudios con su tutoría.

(-) Pero cómo así, en qué momento.

(-) Pero profesor le han mandado un correo el 24, tiene que entrar urgente al meet porque si no le van amonestar.

Sebastián busca una camisa y se la pone, no usa bivirí. Hace la presentación sin ganas y pone el video, ve los rostros de todos los estudiantes, entre ellos, la niña venezolana que está muy pendiente de su clase. Apaga la cámara y sale de su habitación para atender a un inquilino que está llamando insistentemente.

**********

Sebastián cruza el Puente Nuevo, deja dos monedas de cincuenta céntimos en un balde forrado con la bandera venezolana dejado por los jóvenes que limpian la vereda, se le acerca a uno de ellos y le da un chocolate Mecano, el joven se lo agradece con un “gracias papi”, le agrada la entonación, piensa que sería genial que Azul le diga así, papi.  

En Chimú encuentra una señora que está vendiendo Frunas, no tiene sencillo, pero se juzga: “si he colaborado con los venezolanos, también tengo que colaborar con mi compatriota”. Pasa por el lado de la mujer sin dejar nada, ella le sigue con la mirada, pensaba que le colaboraría.  Sebastián compra una Coca Cola con un billete de 50 soles, ya con sencillo regresa para dejarle un sol a la señora; piensa: “si yo pudiera robarles a los ricos un poquito de lo que tanto tienen, no sería para mí, sería para darle a las personas que me encuentro en las calles”. Entra al mercado para comprar la mica que su madre le pidió, ahora se le acabarán sus cincuenta soles, ya comenzó acabarse, qué será bueno comprar aparte de la mica, mamá necesita scotch, en realidad quien necesita los scotchs es Florcita. Llama a Alejandra.

(-) Buenos días viejito.

(-) Buenos días Ale, te llamaba para invitarte a comer, ¿vamos a comer pastas?

(-) No me gusta las pastas, mejor vamos a comer ceviche.

(-) Está bien, pero primero nos vemos en mi cuarto.

(-) Está bien, tomo una ducha y bajo… ¿ya te duchaste?

(-) Sí – Sebastián está emocionado.

(-) Entonces ponte a leer un libro para que no sudes, espérame sequito, ¿ya?

Sebastián hace el camino de regreso apurado, se volverá a bañar para que Ale le encuentre oloroso.


Qué bacanudo es escuchar tu voz por las mañanas.
 

 


No comments:

Post a Comment