Monday, July 27, 2015

Le Martinique

Gemán está en la piscina - lleva sayonaras, truza, polo manga cero y un gorrito con visera –recostado en una perezosa viendo a los bañistas. Se pregunta si fue buena idea venirse solo al Caribe, quizás hubiese sido mejor irse a Europa, al menos allá tendría a quien visitar. Mira su tablet, Sebastián le ha estado escribiendo.

Buenos días profesor, ¿cómo está profesor? Aquí en el Caribe, en “Le Martinique” – Germán se lleva un sorbo de su juguito de piña. Qué bien por usted profesor, la ha de estar pasando muy bien. Sí, es una deuda que tenía, siempre quise conocer este lugar por una cuestión literaria. Quería pedirle una cosa, espero no molestarlo – Sebastián piensa que incomoda al catedrático, pero también sabe que él es muy amable y no le responderá mal. Para nada chaval - A Germán le sale lo español cuando escribe por facebook -, ahora mismo estoy tomando un juguito, aquí hace un calorcito que me pone muy feliz. Quería pedirle que sea mi entrevistado, tengo un blogger donde hago entrevistas para que luego los comenten mis estudiantes y sería un honor que usted fuera uno de mis entrevistados.

Después de la ruptura con Arabella, él se prometió que un océano los separaría hasta que ella aclare sus ideas; por eso Germán no eligió Europa para estas vacaciones. La entrevista que le propone su alumno es del tipo personal y seguro que le preguntará por su esposa. Mejor no se compromete.

Lo siento, pero ahora no puedo; a penas regrese a Lima estaré haciendo viajes por el interior del país, ya que me han contratado para dar capacitaciones. No se preocupe profesor, pero si se puede dar el tiempo, le agradecería mucho. Está bien, ahora me voy a mi habitación que seguro ya me han dejado el desayuno, que tengas un feliz 28. Igualmente profesor.

Saturday, July 25, 2015

La Rosa


Mi celo
Que nos separa
60 kilómetros
De distancia.

Mi prejuicio
Que nos separa
8 años
De tiempo.

Mi miedo
Que nos separa
10 centímetros
De estatura.

La Rosa.

Thursday, July 23, 2015

Marcas en el alma

Cómo te podría agradecer por los tiempos que pasé contigo, pues fueron malos tiempos. No te fuiste, cómo iba retenerte.

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Camila le increpa qué será de ellos; solo se verán dos o tres veces a la semana. Él solo le responde que así tendrá que ser, que es mejor para los hijos de ambos. Camila se desespera y prende sus uñas en el rostro de Henry.

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Todo era bonito en apariencia, todo era como un cristal que en cualquier momento tú romperías.

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Henry empuja a Camila, piensa que no le hizo nada, pero por casualidad mira el espejo que tiene enfrente y ve su rostro ensangrentado. La furia se apodera de él y la insulta y abofetea por lo que le ha ocasionado. Ella quiere seguir marcándole la cara.

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¿Me amaste?, ¿no será que te obsesionaste? No importaba si te amaba, solo importaba si tú – en tu entender – me amabas y por eso debía estar junto a ti.

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Camila ha enloquecido, grita palabrotas y Henry se siente muy humillado. Está en la casa de su amigo y sus padres estarán escuchando todo; su furia – que se había tranquilizado en un momento – vuelve con más fuerza, y ahora la coge de los cabellos y a patadas la saca de la habitación; cierra la puerta. Camila grita una serie de groserías y amenazas. Henry no responde, quiere que se marche.

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Solo quiero que ya no me molestes, que hagas tu vida sola, porque junto a la mía no podrás hacerla. No te juzgo, así que no me juzgues. Marcas, has dejado marcas, en el alma. 


Wednesday, July 22, 2015

La llave

Mario timbra a Camila, pero ella no contesta. Hizo mal, mejor hubiese pedido prestado el celular de Luiz para que Camila conteste.
Esperemos un momento, en 20 minutos y le llamamos con mi celular – Luiz propone. No creo que nos haga caso porque sea otro número, solo yo le podría llamar en estos momentos, mejor insistiré.

Mario mira la ventana del apartamento y se da cuenta que se asomó una niña. Insiste con las llamadas, le llega un mensaje.

Mensaje 1 de Camila: Lo siento, sé lo que me vas a decir. Te juro que no fue mi intención hacerle daño. Fue en medio de mi furia. No te preocupes ya no volveré a molestarle.

Mario intenta responderle, pero Camila le manda mensajes seguidos, por lo que le impide escribir.

Mensaje 2 de Camila: Mario te juro que no me siento bien.

El celular de Mario es muy elemental, por lo que le dificulta responder con la rapidez que le llegan los mensajes.

Mensaje 3 de Camila: Es por eso que no respondo.

Por fin termina un mensaje.

Mensaje 1 de Mario: No quiero hablar del tema, quiero pedirte algo. No soy quien para juzgarte. Por favor dame la llave que tienes.

Mensaje 4 de Camila: Mil disculpas por todo.

Mensaje 2 de Mario: Mi padre está furioso conmigo, estoy con mi amigo abajo de tu casa, mándame la llave con la niña.

Mensaje 5 de Camila: Allí te lleva la llave.

La niña - que debe tener a lo mucho unos cinco años - baja con la llave. Mario le ofrece un dulce que compró en la tienda cercana al edificio.

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Eso no es amor - Luiz critica a Camila. Lo que yo he experimentado, me dice que cuando se ama, también se puede hacer daño.


Monday, July 6, 2015

No era lo que parecía

¿Qué llevas allí? Nada – Henry oculta algo. ¿A qué hora vienes mañana? A las nueve. No estaré, saldré a las ocho a la universidad. ¿Pero dejas tu cuarto abierto? Claro, voy a regresar como eso de las dos, mi mamá igual te invitará la  comida. Gracias, mañana termino con tu piso. Perfecto, quiero dejar de dormir en el sofá. No te preocupes, mañana ya lo termino, pero igual tendrás que pintar las paredes.

Ambos caminan hasta la avenida Pirámide del Sol para que Henry tome el amarillo que le llevará a Santa Anita. Conversan en la esquina.

¿Tienes problemas? Es Elena, quiere irse de su casa, dice que no soporta a su madre; y le he pedido a mi mamá para ir a vivir con ella. ¿Y qué te ha dicho? Dice que sí, pero creo que mi mamá y Elena no la pasarán bien juntas. Entiendo, pero si tu madre te está aceptando quiere decir que quiere ayudarte y me supongo que tratará de mejorar su trato a tu esposa. Eso espero.

Pasaron ya dos amarillos y Henry no quiere irse. Conversar con Sebastián le hace sentir bien, y cuando se despide de su amigo le extraña.

Me voy con el siguiente. Sabes, tengo una propuesta de viajar a España. ¿Para qué? Llevar unos cursos allá, intercambio estudiantil. ¿Y por cuánto tiempo? Algo de cuatro u ocho meses, dependiendo de la beca que tome. Pero… ¿quieres irte en verdad? Sí, sería una gran oportunidad. Pero yo también me iré, y pensaba que tú te quedarías para ver a Juanito – así le enseñó Sebastián a llamar al niño – y a Elena.


Sunday, July 5, 2015

El pasado presente

Ya le agarraste la canchería. ¿Y qué es eso? Es jerga policial, o sea le agarraste la maña. Ya lo cliquié.

Sebastián escucha “Aún sigo cantando” de los Enanitos Verdes. Y piensa en Elena. La última vez que la vio fue en su casa cuando le reprochó por estar con Freddy. Piensa que en esta hora – son las doce de la noche – debe estar acostada, sola y pensando en todos: en si sus hijos están bien, en que mañana no irán al colegio porque es el día del maestro, en que Juan ya está grande y necesitará una habitación para él solo, en que sus hijos están creciendo y que algún día la dejarán como le dejó Henry; debe pensar en la niña que murió, en que hubiese sido muy hermosa, en que – modestia aparte – sería muy parecida a ella y hasta más bella porque tenía los cabellos ensortijados de Henry; y se preocupará por Henry, en que si la mujer con quien está es la correcta, si está bien de salud; también se preocupará por él – Sebastián -, y se dirá si algún día encontrará a alguien que lo ame.

El policía ya no está conectado, pero él no ha reparado en si debe o no escribirle, se ha ensimismado en un montón de ideas sobre Elena y Henry; ellos están tan lejos de él. Fue su mejor historia y ya no volverá a vivir tan intensamente como aquellos días, ni en otra parte del mundo podrá vivir algo así.

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¡¿Y que tal si subimos a los carros?! No, me da vergüenza, aunque a veces tengo ganas de hacer algo. ¿Qué? – Sebastián piensa que coincide en un pensamiento con Henry -, ya sé; quieres subir a los carros a vender caramelos. Sí, siempre he pensado en que debo hacer eso. Pues yo también, me gustaría saber qué se siente vender en los carros. Pues nunca sentirás lo que en verdad se siente vender caramelos, porque aún si lo haces será muy diferente porque no lo harás por necesidad. Pues tienes razón, pero lo que voy hacer no será vender, voy a subir un día y les voy a sonreír a las personas – Sebastián sonríe como mono – y les voy a regalar los caramelos. A veces pienso que voy a tener tanta necesidad que un día me veré obligado a vender caramelos. Eso no va pasar, tú sabes hacer muchas cosas.

Henry se echa en el gras y se quita los zapatos con sus pies. Coge la lata de las colectas y la pesa a pulso.

Cuánto dinero habremos recolectado. No creo que más que las hermanitas de la caridad – así le llaman a un par de ancianas de la iglesia. Espero que este dinero sirva para ayudar a las personas más necesitadas. Confío que Dios hará posible eso; y si un mal hombre se aprovecha, Dios se encargará de que algún día esa persona tenga que recurrir a un hospital que se sustente con la caridad de la gente. Qué buenos pensamientos hermano.

Se levantan y van rumbo a casa de Sebastián. Es un sábado soleado, Henry piensa en la comida que habrá hecho la señora Nella. 

Friday, July 3, 2015

Feliz día maestro

Antonio le corta la comunicación a Elizabeth. El día de ayer estuvo conversando con su amigo y él le aconsejó que lo mejor será abandonarla; que las veces que está con ella más daño se hace.

Estás perdiendo el tiempo con ella. Lo sé, pero es lo único que me queda. No seas dramático, aún eres joven y puedes encontrar alguien que te quiera. No sé, creo que ya pasó el tiempo suficiente, me conformo con tenerla a mi lado al menos una vez por semana. Hasta que se canse de ti, te vea viejo o le resultes poco servible y ya no vuelva. Creo que así será. Entonces déjala, si es una buena persona ella comprenderá.

Antonio está con resaca, tiene que ir a la universidad a presentar un trabajo importante, antes Will le llamó para recordarle sobre lo pendiente con “Metodología”. Abre el facebook, le escribe a Elizabeth un adiós.

Se mete a la ducha, llora para sus adentros; piensa en Elena, en Henry y en él; piensa que la historia de los tres fue la mejor y que nada lo pude superar, mucho menos la de una engreída como Elizabeth.

Se cambia, coge su mochila y se va a la casa de Freddy a recoger unas copias.

Qué pasa cholito, estás mal. Nada tío estoy con resaca, pero ya mejor después de la ducha; voy a presentar este trabajo. Ahora lo sacamos entonces.

Se retira de la casa de Kempes y cruza el puente para el lado de El Agustino, tomará la enatru. Al llegar a Canto Rey se encuentra con Will, quien le dice que la profesora les ha dado más tiempo para presentar la tesina y que no se preocupe.

Se fija que no tiene el documento que debe presentar mañana en el colegio y piensa que le han robado. Pero cabe la posibilidad que lo haya dejado en la fotocopiadora de Kempes; desea llamarle pero tampoco tiene su celular, lo dejó en el baño.

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Felizmente Kempes tenía el documento. Regresa a su habitación y empasta los ensayos de los “niños” – él llama así a sus estudiantes, aunque estos son de los últimos años de secundaria, siempre los llama así.

Es muy tarde, prepara su sesión sobre las dictaduras en Latinoamérica. Observa que Elizabeth le ha escrito, pero no desea leerlo. Un alumno suyo también le escribió un mensaje.

Eliud Flores: Profesor Rivas, seguro mañana van a festejar en su colegio el día del maestro y quería desearle feliz día. Me gustaría que volviera a ser mi profesor.


Wednesday, July 1, 2015

Felicidad triste

Porque siempre se gana cuando al tirar la moneda ambas alternativas te favorecen. Como cuando dices que la amas, pero que vivir con ella es un miedo constante de que la felicidad se va romper en cualquier momento: felicidad triste.

Victoria de perdedores, porque siempre luchaste con todas tus fuerzas, aunque ya sabías que ibas a perder.

Me sentaré con la tristeza y le contaré que estoy enamorado para que se ría de mí.