Mario siente la cara con
hormigueos, tiene dolor de cabeza y le arden los ojos. Piensa que está mal,
pero no puede ir al médico porque no tiene dinero y tampoco tiempo para darse
un alto. Piensa que se le pasará, que debe ser producto del estrés. Timbra a
Henry.
Negro, ¿qué haciendo? Aquí
saliendo de la chamba, ¿y tú? Estoy estresado, está que me duele la cabeza y siento
hormigueos en mi rostro – de pronto recuerda a Elizabeth y se dice que si ella
estuviera a su lado, sería la primera persona en quien recurriera. Oe Loco,
vamos a tomar, ¿pero tienes plata? Misio, esperando fin de mes para pagar
cuentas y poder comer mejor. Iguales, voy a ver si Juan Carlos me puede prestar
y te paso la voz. Ya.
******
Mario va a su casa, quizás su
madre le pueda prestar algo.
Nellita, ¿cómo estás? – quiere hacerse
el chistoso. Tu tía a muerto hijito – Nella se pone a llorar y camina de un
lado a otro, como ida. Cálmate mamita; mi tía estaba sufriendo bastante con el
cáncer; ahora ya está descansando. Qué va hacer de mis sobrinos, que va ser de
Linda, pobre niña – Mario abraza a su madre y le siente el corazón acelerando.
Se sientan, y Nella le cuenta la
historia de Carmen; que ellas fueron amigas en una etapa muy bonita de su vida
y sobre el problema que tuvo con el tío Lobo. Nella llora con el último tema y
culpa al tío Lobo del dolor que sufrió su buena amiga.
******
Negro, no puedo salir, mi tía ha
fallecido. Lo siento Loco, mi más sentido pésame. Gracias amigo, mejor dormiré
porque mañana tendré que terminar mis tareas temprano para acompañar a mi
madre. Ya Loquito, descansa.
Mario se pone frente a la
computadora, abre el facebook y busca la cuenta de Elizabeth. Ella ha puesto un
mensaje en su muro y la gente le comenta haciendo referencia que estuvo por
Jirón de la Unión, divirtiéndose.
Él, en cambio, se siente mal por hacer
el amor con Alexandra. Se entristece cuando alguien se le acerca y buscan su
simpatía como cuando Elizabeth lo hacía, siente que le traiciona con todas esas
personas cuando les presta atención, atención que antes solo le daba a ella.
Por eso se queda los sábados esperando que ella regrese, por eso mismo no acepta
compromisos los domingos por si es que se digna visitarlo; por eso terminó con
Alejandra, porque quiere decirle a Elizabeth – cuando vuelva – que la ha estado
esperando.
****
Mario se levanta con la misma
sensación de hormigueo en la cara, pisa frío, prende la radio, se desnuda y se
va directo a la ducha. Piensa mientras le va cayendo el agua, está helada, pero
el hormigueo lo siente más que el frío. Piensa en Elizabeth, en el tío Lobo, en
su madre y en Alejandra.
Elizabeth completamente perdida,
sin saber nada de ella, o mejor dicho sin atreverse a saber nada de ella; porque
podría llamarla, pero no quiere sentirse tonto ya que no le responderá.
El tío Lobo, en la disyuntiva de
ir o no a despedir a la tía Carmen.
Su madre, que se le partirá el
corazón al despedirse de su amiga.
En Alejandra, que la dejó
llorando porque cortó y tendrá que volver a verla el lunes.
*****
Suena su celular, es su padre.
Mario, ya nos estamos yendo,
¿vienes o no? – como siempre molesto. Ya voy papá, estaba terminando unos
asuntos. Carajo como siempre tú todo a la última hora, estamos aquí en la
puerta tu hermana está molesta porque vamos a llegar tarde y tu mamá no quiere
salir si no es contigo. Ya voy viejo, no hace falta que me llames al celular,
porque puedo escuchar tus gritos desde aquí – Mario corta.
*****
En el cementerio.
Era una gran mujer – dice una
señora que presumiblemente puede ser tía de Mario. Era mi mejor amiga –
responde otra presumible tía.
Mario se queda viendo a Elías,
está desencajado, nunca tuvo buena relación con él. Desde muy pequeño siempre
lo vio como el primo malo. Aunque todos lo aprecian - el más simpático de los
sobrinos -, en especial Nella, porque lo ha tenido por un buen tiempo.
¿Has saludado a tu primo? No
mamá, es que está con sus amigos. Mira allá está Eddy, saluda a tu primo. Está
bien tendré que ir.
Mario se acerca a sus primos,
quienes estaban muy entretenidos en su conversación; pero al verle cambian se
ponen más serios.
¿Y primo? Cómo estás Eddy, a los
años primo. Sí pues, tú que no te dejas ver, solo para los momentos tristes te
dejas ver. Es que estoy full con el trabajo y la universidad. ¿Estás estudiando
en la Vallejo no? – pregunta Aldo. Sí. Oye pero allí es fácil el asunto.
Estudiar es fácil, lo que es pesado es hacer tareas y trabajos. Ah ya – Eddy quiere
molestar al primo -, ¿y por qué no has venido a visitar a la tía? Sí viene, pero
ya las últimas semanas no pude.
Mario se incomoda con ese grupo
de jóvenes; ellos siempre lo aislaron por ser el hijo de su padre. De pronto
Soledad le salva del martirio.
¡Primo! Hola Sole. ¡Primito, cómo
has estado? – Soledad le abraza y él se siente torpe porque no sabe responderle
con la misma espontaneidad. Bien prima, aunque ahora triste por lo que pasó con
la tía. Sí pues, tu mamita debe estar muy triste, era su amiga, ven conmigo.
Soledad y Mario se acercan a
Elías y le dan el más sentido pésame. Es la primera vez que Mario y Elías
conversan, antes ellos solo se miraban, siempre él discutiendo con el tío Lobo.
Primo, mi más sentido pésame.
Gracias Marito, es el dolor más grande el de perder a una madre. Primito lo
siento un montón, mi tía era una persona buenísima, no sabes todo lo que la recuerdo
– Soledad abraza y besa a Elías. ¿A qué hora la van a llevar? En una hora.
*****
El hermano de la tía
Carmen pide la palabra, agradece a todos los presentes, se acerca al féretro,
llora y se despide de su hermana. Todos comienzan hacer lo mismo y Mario da
cuenta de su madre quien se ha puesto a llorar. Es el momento más triste, han
hecho una cola para darle el último adiós a la tía Carmen.
Quiero señores, queridos
familiares, queridos amigos, vecinos, todos – comienza a llorar Soledad -,
darles las gracias por acompañarnos en esta despedida al cielo a mi querida tía
Carmen.
Más adelante nosotros te
seguiremos querida tía, ese camino también recorreremos para estar contigo en
el cielo – Carmen lo dice con tanto dolor que conmueve a todos. Ilumina el
camino de tus hijos. Tú me dijiste cuando viene el 29 de julio, estoy sana; pero
ahora te nos has ido tiíta. Tú solo tomas la delantera tía, nosotros te
seguiremos.
Soledad abraza el ataúd, llora
desconsolada y un par de señores – presumiblemente otros tíos de Mario -, la
llevan a la cocina a tomar agua.
Mario se acerca a su madre y le
pregunta si se quiere despedir. Ella dice que sí. Nella – acompañada de Mario-
se acerca al féretro y ve el rostro de su amiga.
Mira hijito, tu tía está
dormidita, parece un ángel. Sí mamá, ahora ella descansa en paz.
Nella se persigna, deja una rosa
y se dirige al lugar donde estaba sentada.
*****
El tío Policia se acerca a Mario
y le pide que tome las fotos para el recuerdo de la familia.
Ya tío. Pero eso sí, luego me lo
pasas a mí y déja de estar publicándolo en “fasebuk”, porque tú todo lo
publicas. Tío es “facebook”, y yo lo publico pero solo lo pongo para que lo vea
la familia. Tú deja de estar publicando la tragedia de la familia que eso a
nadie le interesa. Ya tío, ya.
Mario toma las fotografías, Linda
se da cuenta y se cubre, no sabe quién es Mario y se sorprende de por qué ese
señor le está tomando tantas fotos. Están todos afuera haciendo una pequeña procesión
de despedida con el féretro.
*****
En el cementerio, las escenas de
dolor no son menos expresivas; al momento de bajar el ataúd, Linda ya no se
controla y dice entre llantos que no puede ser fuerte, que ya no puede ser
fuerte.
Mario toma una fotografía a su
madre. Nella se ve mucho mayor, triste, pero se la ve linda.