Tuesday, December 17, 2013

INFORME DE EVALUACIÓN PSIQUIÁTRICA

Paciente: Mario Arias Rivadineyra.

Sexo: Masculino                        Grado de estudios: Superior incompleto.
Edad: 30 años.                           Ocupación: Analista de sistemas.

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Dr. Luis Arenas Trinidad, doctor en Medicina, especialista en Psiquiatría, informa:

1º Que el día 5 de mayo de 2010, el mencionado Sr. Mario Arias Rivadineyra acudió a mí para requerir mis servicios clínicos como psiquiatra, experto y profesional en el ámbito de sectas religiosas destructivas.

2º Que antes de dicha fecha no había tenido contacto con el referido Sr., el cual tenía conocimiento sobre mi trabajo porque asistía a las conferencias públicas que sobre psicología y religión realizaba en la Universidad Autónoma de la Concordia.

3º Que en el momento de acudir a mí, se encontraba en un grupo llamado “Iglesia Adventista del Séptimo Día”, a la cual considero como secta religiosa.

4º Que el Sr. Arias acudió a mí porque se sentía angustiado por una supuesta mujer que le llamaba todos los días. Dicha mujer sería parte de la comunidad religiosa donde asistía cada sábado, pero que no la vio nunca allí, solo le llamaba y le decía todo lo que había hecho en las ceremonias de la secta. Esto lo tenía muy obsesionado por saber quién era la mujer y preguntaba a todos por Elena – supuesto nombre -, pero nadie le daba la razón.

5º Que su carácter cambió, que las llamadas le ponían contento porque la mujer le decía cosas agradables: detallaba cómo había ido vestido, que si la corbata combinaba con su camisa, que si su sonrisa era agradable o si le gustaba o no tal o cual señorita que le había conversado. Pero también lo desesperaba porque de pronto dejó de llamar todos los días y solo lo hacía un par de veces a la semana y no eran días fijos, por lo que desesperaba por escucharla. Que no afectaba sus relaciones familiares, porque vivía solo, pero había perdido el trabajo y no comía.

6º Que había soñado con la mujer, que en dicho sueño tenía relaciones sexuales en grupo con todos los congregantes de la iglesia y que ella movía a todos los hombres con redes como si fueran marionetas.

7º Que teniendo claro que la secta a la que acudía era la responsable de su situación, le hice un interrogatorio de todo lo que hacía en dicha comunidad y además le receté Zolpidem para que pueda dormir y así dejar de esperar las llamadas de la femenina ilusión.

8º Que en otras ocasiones volvió más aturdido, y noté que no había tomado las pastillas – se le recetó benzodiacepinas -. Seguía en las mismas condiciones, cansado, con miedo irracional de no volver a escuchar a la mujer, agresivo por momentos.

9º Que para el mes de diciembre de 2011 decidí buscarlo porque no tenía noticias de él por más de dos meses. Y cuando entro a su habitación, en el segundo piso de una casa abandonada, me encuentro con el joven desnudo tirado sobre periódicos y hablando por el celular.

10º Que el señor Arias, de pronto me abrazó y me dijo que era su único amigo, y que me agradecía haberlo buscado para que de esa manera pueda corroborar que las llamadas no son producto de su esquizofrenia. Entonces me da su celular y me enseña las llamadas que había recibido y era cierto, tenía varias llamadas de su contacto “Elena”.

11º De pronto, se le ocurre al Sr. Arias, llamar al número del que tantas veces se comunicaba su ilusión, y sucede que timbra mi celular. El Sr. Arias desesperado me increpa qué es lo que significa que sea mi número el que esté sonando. Entonces le digo que he sido yo quien siempre le estuve llamando y que ha sido una equivocación de su parte.

12º Que el Sr. Arias, confundido me echó de su casa gritándome que soy un mentiroso. Pensé que no lo volvería a ver, pero volvió a la semana a mi consultorio.

13º Que en ese encuentro, coge el cuadro que tenía en mi escritorio con mis colegas de trabajo y me dice que es justamente con todos ellos que ha soñado en las orgías.

14º Que me golpea y me obliga a confesarle que yo le hice algo malo, que he abusado de él y que lo estoy tratando de loco. Que soy Elena y que mis colegas los supuestos miembros de la comunidad.

15º Solicité su internación e hice las gestiones porque considero que es un peligro para él y para la sociedad en tales condiciones.

16º Que el domingo 15 de diciembre me acerqué a él, y verlo tranquilo le hice la conversación, todo parecía bien hasta que se acercó me tomó los hombres y me dijo, te quiero, eres mi mejor amigo.

17º Que desde entonces no dejo de llamarlo, haciéndome pasar por Elena, le pregunto cómo le ha ido en el trabajo y le hago saber que estoy preocupado por sus sentimientos.


Dr. Luis Arenas Trinidad

Colegiado RF: 20666

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