Elegantes, con la camisa suelta, pantalones de tela sucios, zapatos
sin lustrar.
Elegantes, con un polo barato, jeans rasgados - por lo viejo -,
tacos corrientes.
Elegantes, bailando pegados, dando vueltas, mirándose y
perdiendo la mirada por momentos para no ser evidentes.
Elegantes, haciendo gestos, recibiendo mensajes en el
celular y llamando para aumentar la atmósfera de su egocentrismo.
Elegantes, sirviéndose de a poco la jarra con agua y
cerveza.
Elegantes, hasta que suena “Ella baila bien pu”.
Ya no son elegantes… porque ahora ella baila bien puta.
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