El borracho

Van por la tercera botella, el joven y su primo. El motivo, no hay motivo justificable, solo que estamos terminando el año y quiere pasarla de manera diferente: La cosa es una buena charla entre varones, alardear de las conquistas imaginarias, contar algunos planes, reír del sin sentido de la vida, llorar porque no se tiene a la familia perfecta y recordar mucho a aquella persona a quien se ama.

Y recordando a la persona que se ama, el joven decide escribir un sms:

Mensaje 1. Se te extraña.

Se arrepiente de haberle escrito, piensa en cómo lo habrá tomado, quizás ella pensará “otra vez el idiota con sus mensajitos”.

Mensaje 2. Estoy tomando, y me entró nostalgia.

Quiere justificar su mensaje, el primo lo mira y se pregunta si la chica - que tiene la suerte de tener el amor del primo más simpático de todos – es tan hermosa como le ha descrito.

Mensaje 3. Perdóname, en este estado, se me dio por enviarte un mensaje.

El joven, se ha puesto nervioso, tiene miedo de haber sido evidente. No quería expresarse así, porque piensa que ella lo va a dañar con algún mensaje hiriente.

Mensaje 4. Disculpa, de verdad. Me siento triste y te extraño.

Llora para sus adentros, este mensaje justificaba su comunicación, pero lo hundía más porque le estaba diciendo que él esta a la merced de la señorita que vive en un castillo imaginario.

Mensaje 5. Estoy loco lo sé.

Se dice así mismo; soy un tonto, era suficiente con un mensaje y la estoy cagando con tantos. Se promete no escribir más.