¿En qué piensas? En Alejandra.
¿Dónde piensas que debe estar ahora? En un auto, viendo por la ventana a la
gente pasar, pensando en muchas cosas y en nada. Jajajajaja qué cursi suenas –
Elena coge la mano de Sebastián -, tranquilo, ya la vas a olvidar y ya te veré
haciendo otros poemas para otra ficción literaria. Sabes, le confesé la verdad.
¿Por qué? Porque una vez le dije que nunca le iba a mentir, y desde entonces
decidí no mentirle y como me lo preguntó, se lo dije. ¿Y cómo reaccionó? –
Elena tiembla. De lo más normal, ella es una de las personas más lindas que he
conocido. No te debes exponer de esa manera Sebastián, tú no sabes qué es lo
que podría hacer o decir Alejandra más adelante. Sería una deslealtad, me
dolería mucho.
Sebastián paga la cuenta, se
retiran del restaurante.
¿A dónde vamos? Aquí en Leticia,
hay una galería llamada “Fronteras Unidas”, allí vamos a comprarte la colchita
y una funda para tu cama. Está bien, también quiero comprar una terma. ¿Para
qué? Para poder tomar un café. No seas mongolito, lo que tú necesitas es un
termo. ¡A eso! Jajajaja, estás perdido, hay mucha diferencia entre un termo y
una terma. Sí lo sé, solo que no lo pensé cuando lo dije. Vamos a caminar
bastante, porque un buen lugar para comprar termo esta en Abancay. Normal,
tengo el día libre, hoy no hubo clases por lo de las elecciones, por eso mismo
quise aprovechar. Ojalá gane PPK, en mi casa todos vamos a votar por el “longevo candidato” – Elena le mira
los ojos en complicidad. Sí, también quiero que gane PPK; hace mucho tiempo
hice un video declarándome un PPKausa, luego me arrepentí, pero igual lo quise
mantener y hace unos meses atrás hice un video hablando sobre la página 11, la
IPC y el Banco Central de Reserva por lo que PPK tuvo que huir a los Estados
Unidos; ahora, siendo que se enfrenta con la hija de Fujimori, tenía que
alinearme al PPKausa. A mí me cae bien, vi tu video; yo he escuchado sus
argumentos y creo que es un buen candidato, jamás votaría por Keiko, pero
parece que va ganar. No todo está dicho, hoy leí Hildebrant en sus trece y
según sus fuentes hay encuestas de estas últimas fechas que no se pueden
publicar pero que han registrado un empate técnico. Ay qué bueno, ojalá que así
sea por el bien de este país.
Entran a la galería, suena una
canción de RBD y Sebastián recuerda cuando Alejandra le puso la canción de la
rubia cantante.
¿Te gusta? – Sebastián le
pregunta a Elena por la música. Sí, no es de nuestra época, pero sí me gustaron
estos chicos – Elena agarra en el brazo de Sebastián y se contenta de estar así
juntos.
Miran las colchas y edredones,
ella se emociona, pero busca algo serio para el perfil de su amigo.
¿Qué te parece éste? – Elena le
muestra un modelo sobrio. No está tan mal, pero creo que aquí no hay muy buenos
diseños. Es que así es, este es el mejor lugar para encontrar este tipo de
prendas, lo malo es que los diseños son muy llamativos; si nos vamos a tienda
igual vas a encontrar los diseños chillosos y no te gustará. Sí, tienes razón,
éste me gusta. Entonces lo compramos. Denos éste, por favor – Elena le pide al
joven que atiende. Son setenta soles. Aquí tiene – Sebastián paga. ¿Puedes
ponerlo en la mochila? Claro – Elena acomoda la colcha.
Siguen viendo más puestos y Elena
le consigue un cubrecama que le parece decente.
Ni que decir, es ése – Sebastián se
pone contento de que Elena sabe lo que él necesita; ella le besa en los labios
y él se queda estático de la sorpresa. Son ochenta soles señor – la dependiente
le entrega el paquete. Aquí tiene. Gracias – la señora le da las gracias con
una sonrisa cálida y añade -, hacen muy bonita pareja, ¿ya tienen hijos? Ella
ya tiene dos hijos, yo aún no tengo ninguno. Qué gracioso el señor, ¿o sea son
los hijos de su amigo? Así es señora, sus dos hijos son de mi mejor amigo – la señora
no entiende. Muchas gracias señito – Elena se despide.
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