Un día más, o quizás, un día
menos. Como siempre la educación en manada: dictar clases a treinta y cinco
niños, todos ellos aflorando una serie de gestos que pueden representar a casi
todos los sentimientos, valores y principios, desde los más nobles hasta los
viles – no se dice más viles, porque se está refiriendo a niños. Sebastián
termina su trabajo, cansado, con un cierto dolor en la garganta porque alzó su
voz más de lo debido, estuvo tratando con los más pequeños y para lograr su
atención, debe alzar la voz. Sale del colegio.
No tiene el celular a la mano, lo
dejó apagado en su habitación; piensa que debe comprar un reloj y de esa manera
podría desentenderse para siempre del celular, así no esperaría la llamada de
Alejandra que nunca llega. Debe ser las cinco y unos minutos, quisiera saber la
hora con exactitud, se entrevistará con Elena a las seis y media en Santa Anita
y no quiere llegar muy temprano, pero ya está fuera del colegio y tiene que
tomar el carro.
Tiene dolor de cabeza, esto ahora
le es frecuente, siempre pensando en dónde está ella, qué es lo que ha comido,
con quién se acompañó a almorzar, estará con su enamorado, irá a la
universidad, la volverá a ver y cuándo será eso; todas esas preguntas que se
hace, sin ninguna respuesta, son las que le han generado ese estado de
sonámbulo que ya es evidente para todos: “El profesor Rivas no está bien”, “Sebastián
tiene algún problema”…
Llega al Mall, espera en Movistar
como quedaron, pregunta a alguien por la hora y éste – con gesto de
desconfianza - le responde que son las seis y media, cuando ve subir por las
escaleras eléctricas a Elena. Sigue tan hermosa como siempre, delgada, con sus
cabellos ensortijados y la piel canela más clara que la de Alejandra. Y es que
no puede salir de su pensamiento Alejandra, no puede dejar de pensarla y si
hará una descripción de una mujer siempre la tendrá como referencia. Elena es
mayor que él, pero eso no hubiese sido el impedimento para poder casarse; el
impedimento que terminó con sus ilusiones fue una mentira.
Se besan de saludo. Elena se
emociona de verlo; nota que se le está cayendo el cabello, pero no le toca el
tema; piensa que quizás ella también tendrá alga desventaja propia de la edad,
piensa que podría verse un poco subida de peso; pero sabe que no es así, ella
está flaquísima como siempre se lo dice Camucha.
¿Y Freddy? Feliz con el bebe, está
con la idea del matrimonio – ella sonríe como nunca y le contagia. Te vez linda.
Gracias, pero qué vamos hacer aquí, ¿te parece si comemos algo?; yo invito,
ayer me pagaron. No te preocupes, yo invito; lo que gustes. Pizza. Perfecto.
Entran a Pizza Hut y piden una
pizza vegetariana y una jarra de limonada frozen. El lugar es adecuado para
conversar.
¿Y qué planes para mañana? Freddy
y yo tendremos el día libre así que estamos pensando ir a Chosica, nos
acompañará Maritza. Que bueno, ¿él sabe que estas aquí conmigo? – Sebastián piensa
que podría traerle un problema a su hermana. Por supuesto, Freddy sabe que eres
mi hermano. ¿Y mejor amigo de Henry? Sí, claro que lo sabe; yo se lo he contado
todo, no tiene ningún inconveniente contigo y tampoco con Henry, además tiene
que entender que tengo dos hijos con mi ex esposo, siempre Henry y yo tendremos
algo que decirnos; ¿cómo lo has visto? Está bien, ha cambiado bastante, pero
creo que en general está bien. Sí, yo le he visto más estresado, por sus
deudas, pero en general creo que su situación no es tan mala; en cambio a ti,
te veo mal. ¿Cómo así?, ¿es porque me estoy quedando calvo y estoy panzón? No
es eso, te veo muy triste y luego los poemas que has escrito, los leí todos y
solo identifiqué dos de los que me dedicaste, los otros son poemas tristes y la
carta, la carta es fulminante. La mayoría los escribí para Alejandra, ella pudo
leerlos y sé que sabe que son para ella. ¿Te dejó? Todos los días me deja
esperándola.
El mozo trae la pizza. Elena
sirve.
Cuando hablabas de ella te sentía
tan alegre, pero al leer el poemario, te he sentido tan vacío; pienso en que
debes estar pasándola muy mal. En verdad sí, pero me fortalezco recordando lo
que sucedió con nosotros y cómo me fue con Elizabeth. Eso es lo que te quería
preguntar, ¿por qué se llama “Poemas para Elizabeth” y no lleva el nombre de “Alejandra”?
Quería colocarle el nombre de Alejandra, pero justo días antes de querer
cambiarlo ella me abandonó, fue el día en que me confesó que había vuelto con
su ex enamorado, y decidí mantener el nombre de Elizabeth. Pero con ese título
el Poemario pareciera una contradicción. Como todo en el amor.
Brindan con la limonada.
Porque serás un gran escritor.
Porque cumplirás más años y seguirás siendo joven.
Sebastián va al servicio, deja su
mochila y Elena aprovecha para buscar el celular de su acompañante.
No traje celular – Sebastián se
da cuenta de la curiosidad de Elena. ¿Por qué? Porque desespero esperando la
llamada de Alejandra que nunca llega. Quería ver tus mensajes. Sí lo sé, me
hubiese gustado que los leyeras, me gusta que sepas de mí por tanto medios que
fuera posible, pero no hubieses encontrado mucho, quizás algunos mensajes de
tareas, ah eso sí, unos mensajes que le envié a Keni porque estaba peleado con
él. ¿Y por qué te peleaste? Una tontería, sabes que soy renegón, pero ya pasó.
He visto los videos y me agradan, Camucha se ha vuelto fan de Keni, dice que le
recuerda a uno de sus ex. Bueno, dile que él ya tiene novia, así que no se haga
ninguna ilusión.
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