¿Profesor Arias? Sí soy yo. Mire,
su pago le saldrá en abril, lo sentimos pero hubo una equivocación con sus
datos y por eso no le saldrá su pago. Pero señor, estoy endeudado y me es
urgente hacer algunos pagos. Yo le aseguro que le estarán depositando a más
tardar el 23 de abril. Pero si estamos iniciando marzo. Profesor, esto le
sucede por no presentar los documentos a tiempo. Pero me acabas de decir que es
culpa de ustedes. Sí, pero usted presentó su número de tarjeta recién el 25, si
lo hubiese hecho antes podríamos haberlo cambiado a tiempo, pero usted lo
presentó en último momento y para cuando nos dimos cuenta del error ya los
pagos estaban programados y no el suyo. Señor, ¿usted me asegura que saldrá en
marzo? Eso es lo que le estoy diciendo profesor.
El profesor Arias está resignado,
sale de la Ugel, siente el aire correr y piensa en todas las cuentas que le se
han venido encima. Al llegar a su casa, su sobrina le entera que han cortado la
línea del teléfono y el cable, seguro también cortaron el internet. Se va a su
cuarto y toma un baño.
Su sobrina le sirve una entrada
de papa con crema de rocoto y de segundo tallarines rojos con pollo; es un
plato que le gusta, pero le molestará después por la gastritis.
¿Y cómo te ha ido el primer día
de clases hijita? Bien tío, conocí a mis amigas. ¿Y no conociste a ningún
amigo? Hay varios niños, pero no son mis amigos. Me supongo que ya tendrás
amigos. No, a mi no me gusta tener amigos – Marianita es una niña de once años que
recién entró a la secundaria-, mis profesores todos nos saludan en inglés. Ah
que bueno, ves lo importante que es el inglés, ahora tenemos que repasarlo
aunque sea los domingos que tengo más tiempo. Sí tío, si no sabes cómo pedir en
inglés permiso para ir al baño no puedes ir. ¿Y tú sabes cómo pedir? No, pero
no tengo ganas de ir al baño. Se dice, May I go to the bathroom?
El profesor Arias, se pone a la
computadora y se da cuenta que aún no le han cortado el internet, tiene dos
recibos que pagar. Revisa algunos documentos y escribe una carta a su amigo que
le tiene una deuda pendiente, quizás pueda cancelarle ahora.
Se pone los zapatos – zapatos que
quisiera darles de baja -, se va al Mall Aventura de Santa Anita para pedir la
baja de su servicio de telefonía.
Llega a la oficina de atención,
está lleno, hace una cola para recoger un ticket. Obtiene el ticket de atención
y se sienta. Mientras espera, lee una biografía de Inmanuel Kant, estuvo media
hora esperando cuando un señor le pasa la voz.
Joven, ¿quisiera pasar ahora? ¿Por
qué lo dice? – se sorprende. Es que me toca, pero no puedo acercarme a la
ventanilla, porque estoy esperando a mi esposa. Entonces, quiere que le cambie
de ticket – hacen el intercambio -, gracias.
El profesor Arias se pone frente
a una señorita que lleva lentes tan grandes como los que él usa.
Señorita, el día de ayer me
comuniqué con el área de bajas en tres oportunidades y cuando les pedía que me
den de baja del servicio, no lo querían hacer, me ofrecían muchas ofertas y
ante mi insistencia me decían que me darían de baja pero luego cortaban la
comunicación, quiero hacer un reclamo por eso. Señor, lo que sucede es que
ellos no podían darle de baja porque usted tiene dos recibos vencidos.
Señorita, pero yo antes de llamar al área de bajas conversé con el área
comercial y me dijeron que sí podía darme de baja. Bueno señor, yo le voy hacer
la baja. Sí, pero quiero primero hacer el reclamo porque me hicieron perder
mucho tiempo. Mire señor, yo le voy hacer su baja, no tiene por qué hacer el
reclamo. Pero señorita, yo quiero hacer el reclamo, si se me acumularon dos
recibos es porque Telefónica me expidió un recibo con un monto que no me
corresponde – el profesor Arias levanta la voz. Mire señor, yo le estoy
hablando de buena manera, aquí usted no puede reclamar, yo le voy a solucionar
su problema, quiere la baja, le voy hacer su baja, no tiene por qué alzar la
voz. Usted me está tratando mal como sus compañeros con quienes me comuniqué
ayer, usted me ha mentido al decirme que no podían darme la baja, y si le estoy
alzando la voz es porque parece que no me entiende, yo he sacado un ticket para
hacer un reclamo y la baja de mi servicio no solo para lo segundo.
El supervisor de la señorita se
acerca.
Señor sucede algún inconveniente.
Así es señor, mire, la señorita me dice que no puedo hacer un reclamo porque
los teleoperadores de telefónica no podían darme de baja ya que tengo dos
recibos vencidos, quiero que usted me diga si puedo o no hacerme la baja vía
teléfono. Sí lo puede hacer. Entonces, le puede decir a su colaboradora que no
me mienta, quiero hacer un reclamo y ella no quiere que lo haga. Señor, los
reclamos lo puede hacer en el libro de reclamaciones que está allá, aquí la
señorita le atenderá con lo de la baja. Gracias señor – el profesor Arias le
mira a la señorita y ella esquiva la mirada.
La señorita le pide el DNI al
profesor Arias, él le dicta el número, pero ella con mala gracia le dice que
debe darle el documento. La señorita se
retira de su ubicación, saca una copia del DNI y al pasar por su lado se ríe y
dice, “pero qué gente para más exagerada”. El profesor Arias se siente incómodo
y le responde, “no me gusta que se me mienta”. La señorita se sonroja y
comienza a digitar en su sistema, le entrega una hoja para que firme y le devuelve
su DNI con una copia del documento de la baja.
Me puede decir cuál es su nombre –
el profesor Arias pregunta. Allí en el documento está – la señorita le responde
de mala gana. Gracias – el profesor Arias se retira.
El profesor Arias se acerca a la
ventanilla de reclamos, le indican que puede hacer su reclamo a través de una
ventana virtual. Escribe del mal servicio y trato recibido por Telefónica.
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