- Sebastián despierta, que la van a matar – Norma le toca la puerta a su hermano.
- Estoy escuchando, voy a tener que llamar a la policía.
- Llama Sebastián, mira lo que me ha hecho – Mario se asoma desde la ventana.
Sebastián se asusta, el hombre está ensangrentado.
- Voy a llamar a la policía Mario.
- Sí, llama – asienta Mario.
- Te jodes si viene la policía, tú tienes muchas denuncias, estás requisitoriado, eres un delincuente – Miriam grita desde dentro del cuarto.
- No hables huevadas, soy el padre de tu hijo.
- Eres un mal nacido que me dejaste once años, ¿de quién eres padre? Padre es el que cría. Además mi hijo no tiene tu apellido.
Norma va al cuarto de su madre. Nella está asustada y no
quiere que Sebastián se meta en esa discusión.
- ¿Dónde está Sebastián?
- Ya subió al tercer piso, ya ahora viene la policía – Norma se sienta en la cama de su madre.
- ¿Y tu padre?
- Está afuera conversando con los vecinos, ahora somos la comidilla del barrio, todos están afuera como si fuera que se hayan reanudado los fuegos artificiales.
- Ay, pobre Mario, este año la va pasar mal. Felizmente ya se va del cuatro, porque tu padre ya habló con él, porque nosotros no podemos permitir ese tipo de cosas aquí, asustan a los bebes.
- Ay sí, pero sigue gritando, ese Mario parece ser un delincuente – Norma escucha los gritos de auxilio de Miriam.
- Está fingiendo, esa mujer siempre es así, grita y luego resulta que es ella quien ha dañado a la gente. Pero qué pasa que la policía, no viene.
- ¿Escuchas mamá? Ha llegado el niño. Si siguen así tendré que salir en defensa del niño.
- Pobrecito, estará traumado de ver todo ese espectáculo. Ese niño es lindo, pero esos manganzones que no se dan cuenta del daño que le están haciendo – Nella mira a Estrellita.
Ese niño no es lindo - en el sentido que mama Nelly dice -
ese chico es un mal niño, encima que se cree venezolano. Piensa Estrellita.
*******
“Dicen que los hombres no deben llorar, pero…” Continúa la
canción en versión cumbia. Mario abraza a Martín y llora. Llora porque ama a
Miriam, porque a pesar que ella no le tiene fe, él aún la ama; a pesar que ella
le ha engañado con diferentes hombres – sí, diferentes, él lo sabe -, la sigue
amando. No puede contener su llanto y llora.
Martín consuela a su amigo, le sirve más cerveza, que las penas
se ahogan en alcohol.
La primera copa, la recordó hermosa: Su baja estatura, su
sonrisa maliciosa, sus groserías, hasta lo malo en ella se ve bonito… ha sido
mi culpa, su primera vez fue conmigo.
La segunda copa: Pero la cague cuando conocí a Angélica, le destrocé
el corazón y allí conoció a César…. Era una buena mujer, pero yo la malogré.
La tercera copa, hace que admita: Pero era floja, pretenciosa,
quería plata nada más… Pensaba que la felicidad de la familia se basaba en la
apariencia… Jodida por el dinero, me amaba más cuanto más dinero tenía, y
cuando no le daba, jodía… Por eso mismo la dejé y me abandoné… La amaba, pero me
jodía pues.
Llegó el momento más horrible. Mario se quita el polo y le
enseña a Martín su tatuaje. Escrito está el nombre de Miriam. Sabes, también fue
mi primera vez.
“Te extraño, cada minuto, sin tu cariño, yo moriré, tú eres,
alma de mi alma, vida de mi vida, nunca te olvidaré…” Mario abre su puerta, se
desnuda y tira en la cama, no tiene fuerzas para lavarse los dientes; abre un
poco la ventana y sueña.
Miriam mira abajo. Si me caigo esos alambres me partirán en
dos o rebotaré, piensa. Se sube al muro y pegado a la pared llega a la ventana
que por suerte está abierta, ve a su hombre desnudo y se echa encima de él.
Mario reacciona, la abraza y procede a desnudarla. Feliz año nuevo.
No comments:
Post a Comment