Sebastián abraza a la conejita de
Estrellita y la siente tan tierna como su sobrina, tan tierna como la pequeña
Cristel, tan tierna como los gestos de Alejandra. Le mira fijamente a sus ojos,
son rojos y temerosos, no son como los de Alejandra, esos ojos que miran sin
enfoque, porque Ale difícilmente centra su mirada a alguien si es que no quiere
aparentar. Estos ojos de la pequeña coneja que contrasta con los negros ojos de
Alejandra son un ejemplo de cómo ella – Alejandra – está presente incluso en
algo que no tiene la más mínima relación, sinonimia, referencia, de forma o
fondo, es la absurdidad de comparar todo con Alejandra.
Estrellita está parada pensativa
por lo que le dijo su tío sobre Maluma, Sebastián voltea para reparar en la
postura reflexiva de la morenita que tiene los ojos mirando el piso.
¿Qué pasa? – Sebastián pregunta.
¿Por qué hay hombres que se enamoran de varias mujeres? No se enamoran, es falso
que alguien se pueda enamorar de varias personas, solo te puedes enamorar de
una persona, si te estás con dos – o cuatro como dice “Maluma” – eso no es
amor. Pero mamá – se refiere a Nella – me enseñó su foto donde estaba con papá
cuando eran jóvenes y me contó que en esa época papá estaba enamorado de otra.
Papá no estaba enamorado en esa ocasión, solo estaba aprendiendo a enamorarse,
y cuando uno comienza aprender, se equivoca, se equivoca, hasta que aprende. Yo
creo que estoy aprendiendo a enamorarme, pienso mucho en Lanzarote, pero sé que
me he equivocado porque él está enamorado de otra chica. Solo sabrás que estás
enamorada cuando seas lo suficientemente madura para eso, ahora eres muy joven,
debes centrarte en otras cosas más importantes para tu edad, como los estudios,
pensar en una profesión, en tus hobbies, los amigos, adquirir buenos hábitos,
también es importante tener a alguien especial, pero poco a poco y con cuidado.
Cristel juega con las conejitas,
le enseña al Chavo. No Chavito, no… esto no es comida ya… ella se llama
Flatulencia Rabbit, es tu amiguita. El Chavo la mira contrariado, saca la
lengua y lame a la conejita, de pronto suena la gracia de la conejita y
Sebastián y las niñas ríen, el Chavo se avergüenza.
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