Tuesday, June 28, 2016

Simple

Te amo
Cuando te acercas
Para olvidar mi molestia
Rozando tus piernas con las mías.

Te amo
Cuando sonríes
Muerdes tus labios
Y maliciosamente ríes.

Te amo
En invierno
Cuando necesito tu calidez
Y vivo esperándote.

Te amo
Cuando en mi trabajo
Concentrado estoy
En terminar para ir a tu encuentro.

Te amo
Cuando llevas mis poemas
Porque presente estoy
En la maletera de tus viajes.

Simple
Te amo
Así de simple
Literariamente simple.









Thursday, June 16, 2016

Tu ausencia

Porque te quiero a mi lado
Solo yo siento carencia
Que el resto no ha notado
Tu ausencia.

Que ya no escribo
Porque no hay congruencia
Desde que arribó
Tu ausencia.

Miserables mis días
Que tendría abundancia
Si no me darías
Tu ausencia.

Y me desespera
Aunque sé por conciencia.
Que desaparecerá

Tu ausencia.






Alejandra, entiendo que quieras alejarte de mí por lo mal que me porté, pero piensa que tú tampoco has sido muy atinada. También, reflexiona en qué es lo que estarías dejando; no son las cosas, lo que puedes aprender u obtener de mí, piensa en que dejarás a alguien que te ama. 

Este poema es para ti, quizás muy simple, pero trato con ello decirte lo mucho que me afecta tu ausencia. 



Wednesday, June 15, 2016

Universitario

Sebastián no quiere ir a la universidad, pero tampoco quiere llegar temprano a su cuarto porque seguro que estará pensando en Alejandra. Hoy le toca con un anciano de escabrosa voz, recuerda que no hizo la exposición y que ya tiene muchas faltas en esa asignatura; irá a la universidad. Se despide de doña Gracia – la portera: Hasta mañana señito. Hasta mañana profesor, hay que abrigarse, no le vaya a pasar aire. Sí señito, ya el frío se vino con fuerza, no crea aquí tengo mi chompa – enseña la palma despidiéndose.

Camina hasta la Wiesse y toma el primer carro que ve que se ha estacionado porque el semáforo se puso en rojo. Saca la novela que está leyendo, “La tía Julia y el escribidor”… Piensa en como Vargas Llosa se convirtió en un gran escritor y lo admira. Recuerda que al tío Lobo no le gusta Vargas Llosa, para el tío Lobo los literatos son maricones y Vargas - aunque con todos sus amoríos con tía, primas y princesas – seguro que también se entregó a un acceso carnal sodomita y claro definitivamente tuvo que ser pasivo, porque - para el tío - el maricón es el pasivo, el activo es un degenerado que se aprovecha de la necesidad del maricón.

Lee un par de páginas, se ríe con la forma en que la niña le describe al juez cómo Gumercindo la ultrajó. Su acompañante de asiento le mira y Sebastián se hace el interesante concentrándose más en su lectura. Lo ignora porque el acompañante lleva unos audífonos que los ha puesto a todo volumen a tal punto que se puede escuchar la música tropical – “Una cerveza” de Ráfaga - con que distrae su viaje. Seguro que éste es un inculto que lee el “Trome”, qué va gozarse de un genio como Vargas Llosa. Desprecia la escasa sensibilidad literaria que tienen los peruanos.

Baja en Canto Rey, camina hasta la universidad. Antes de entrar se compra una princesa, Sebastián recuerda.

Hola Raúl. Qué tal Sebastián, ¿qué clase te toca? Hoy tengo Obligaciones, pero no voy a entrar porque ese profesor me aburre; más bien qué bueno que te veo, dame una idea, qué le puedo llevar a mi enamorada que me está esperando en la esquina. ¿Qué?, ¿cuál enamorada?, ¿esa es nueva?... – Raúl piensa -, bueno cómprale un chocolate para el frío. Buena idea, gracias; ya nos vemos - Sebastián se despide. Nos vemos colega – Raúl le da la mano. Sebastián entra a la tienda de la esquina y compra dos princesas. Alejandra esta con frío, Sebastián le da un beso y le ofrece el chocolate y ella se emociona por el detalle oportuno. Él la acaricia en juego y ella se deja, se van juntos a tomar el carro.

Sebastián entra a su salón, se sienta y no se da cuenta que sentado a su lado está su profesor. Están haciendo exposición, se sorprende, son los chicos que no expusieron la semana pasada, el profesor les ha dado una oportunidad. Él no expuso pero tampoco se ha preparado así que ni pensarlo, no le gusta salir hacer el ridículo. Trata de aprovechar su tiempo escuchando, quizás algo pueda aprender, se dice; pero no puede, la incógnita de dónde estará Alejandra que no la ha visto en su salón al pasar por el pabellón de Contabilidad.

¡Rivas! – el anciano le pasa la voz de manera abrupta. ¿Sí profesor? Oiga usted, usted no ha expuesto. Disculpe profesor, la semana pasada tuve un inconveniente y por eso no puede llegar a clase para exponer. Pues exponga ahora. Es que no me he preparado. No seas huevón, aprovecha que todavía no se ha cerrado el campus, habla cualquier huevada, es preferible que te ponga cinco a que te ponga cero – Sebastián se choca con la soltura del docente. Pero es que no me gusta salir hablar de lo que no sé. No seas huevón Rivas, mira esa señora, está hablando de su vida, tú sal, a nadie le importará lo que digas.


Sebastián recuerda que estaba leyendo un libro de una catedrática de la PUCP, y que había un tema interesante sobre crítica a la denominación “patria potestad” y su uso en el derecho de familia; así que se fue a la biblioteca y se puso hacer un pequeño esquema para salir a exponer. 



Tuesday, June 14, 2016

Mi solitariedad


Conservo los vasos
Que solo tus labios y míos han besado
Cristales con que brindamos
Nuestras noches de confabulación.

Acaricio las prendas que usaste
Y le exijo a mi olfato
Recuerde la esencia
Que en ellas dejabas.

Respetaré el templo de mi solitariedad
Donde mis melancólicos delirios
Afloran por el pesar de no tenerte
Que eres lo único que me falta.

A nadie haré entrar para enseñorearse de lo mío
Porque nadie más que tú abrirá mi despensa
Y me servirás y te servirás
Y serás mi señora.

Te guardo un lugar en mi casa
El mejor lugar
Que quiero que compartas conmigo
Te guardo mi lecho.









Monday, June 13, 2016

El bien y el mal



Tuvimos que ser dos endemoniados
Tú el más fuerte
Yo el más inteligente
Para matar a Dios.

Tuvimos que estar por encima
De mis circunstancias
De tus amores
Para enfrentar esta sociedad.

Tuvimos que enfermar
Tú de soberbios principios
Yo de melancólicos valores
Para inducir a la destrucción.

Tuvimos que complementar
Como el bien y el mal
Que en tu bien hay mal
Y que en mi mal hay bien

Inquisidor tú
Dictador yo
Tuvimos que erigir juntos
El sistema de nuestro trágico deber.








Monday, June 6, 2016

Bicicleta

Sebastián escribe en la computadora, tiene muchas tareas – las propias y las de Elizabeth. Se quita los zapatos y las medias para sentirse más cómodo. No quiere ir a votar, cuánto desearía tener el suficiente dinero como para despreciar el deber ciudadano de ir a votar. Suena el celular.

Henry, ¿qué fue de ti? Hola Sebastián, estoy mal de la columna y por eso no puede traerte la bicicleta, discúlpame; ahora voy a bajar para tu cuarto, ¿ya votaste? No, ¿tú? Aún, iba salir para votar y luego bajar a tu casa, qué tal si vamos juntos. Perfecto, aquí te espero.


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Henry llama a Camila para informarle que se irá con su amigo.

¿Y por qué no vamos juntos? Porque vamos a ir con las bicicletas, tú no tienes bicicleta y tampoco creo que te guste ir así. Has lo que quieras Henry. ¿Cuál es el problema ahora? El problema es que siempre cuando hay algo importante no la podemos pasar juntos. Pero Camila, he estado mal y hoy me han visitado mis hijos; voy a salir a votar, estaré un rato con Sebastián y luego volveré a mi casa a atender a los niños; ya en la noche nos vemos – Camila corta el celular sin despedirse.

Henry saca la bicicleta y se despide de su madre.

Te doy una semana para que busques dónde irte, porque yo no quiero vivir con alguien que hace lo que quiera sin consultar a nadie. Pero mamá, solo voy a salir a votar. Qué crees que no te he escuchado que te vas con tu amante. Mamá voy a salir con Sebastián, y Camila no es mi amante, es mi pareja. Oye no me hagas reír, deberías recordarte que eres viudo. Mamá no me digas eso, los niños están aquí.

Henry sale renegando, piensa que podría ir a vivir nuevamente en la casa del señor Rivas, pero le quedó debiendo.

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Buenos días mamita – Sebastián saluda a Nella que está en su cuarto desde la sala. Buenos días hijito; sírvete el desayuno, hay jamonada que ha comprado tu papá.  Gracias, ya desayuné Nellita, traje hamburguesas para los chicos, voy a llevarme la bicicleta de Mario. ¿Vienes para ver el flash? Claro, a ver si me tomo un vinito con el viejo, ¿vas a ir a votar? No, yo ya soy de la tercera edad, no recuerdas que mi voto es facultativo – lo dice con una gracia. Cuando te conviene eres de la tercera edad. ¿Por quién vas a votar? Por PPK. Vota por Keiko hijito, ya  es tiempo que gobierne una mujer. Mami ya te dije que Keiko es populismo. Ay hijito tú qué sabes, recuera que el Chino ha sido el único que ha llegado a nuestro pueblo. Mamá recuerda que malogró el sembrío del tío Amaro aterrizando en su chacra. Pero le pagó, le pagó y lo importante es que llegó al pueblo. Mamá el tío dice que no le pagó lo que valía su sembrío y el Chino solo fue por la foto. Ay hijito, pero si tenemos luz en el pueblo es por Fujimori. Mamá, si hubieses tenido en esa época a tus hijas seguro que yo  no nacería porque siendo tu cuarto hijo, el chino te hubiese mandado a esterilizar – Sebastián recuerda que no es hijo de Nella. Ay hijito, todo lo que dicen en la televisión tú crees. Ya me voy Nellita, te quiero mucho; que bueno que no vas a votar.

Sebastián sale con la bicicleta de Mario.

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¿Y esas medias? – Henry se mofa de los calcetines de su amigo. Me las regaló Elizabeth. Jajajaja, esa chica está loca, ¿también te ha regalado calzoncillos del hombre araña? Si me los regala, no me haría ninguna palta, igual me los pongo.

Sebastián dirige a su amigo hasta el colegio Benito Juárez donde él votará.

Luego bajamos para Santa Anita – conversan estando en las bicicletas. Ojalá no demores mucho. No creo, la otra vez salí al toque. ¿Estás muy mal? Ya mejorando, estoy en rehabilitación. Bueno, seguro que te pondrás bien pronto, tú eres muy fuerte y siempre te has curado rápido. Creo que ya no me siento tan fuerte como antes. ¿Y tus hijos? Maritza los tiene bien, desde que Elena no está no los veo con mucha frecuencia; hoy Maritza los trajo y se han quedado con mi madre. ¿Y cómo está tu mamá? Mortificada, quiere que me vaya de su casa, quiere que me vaya a vivir con mis hijos, pero no podría ahora, tengo que trabajar para poder pagar las deudas y el colegio de los niños; irme hasta al norte me demandaría de más gastos, mis clientes estás por aquí. Entiendo. 
  
Sebastián deja a Henry con las bicicletas y entra al colegio. Sube las escaleras – su mesa está en el segundo piso -, hace su cola.

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¿Y cómo te vas con los videos? Bien, ahora lo estoy trabajando solo. ¿Qué pasó con tu pata? Está muy ocupado con lo de la universidad y su enamorada. Ya.

Van rumbo a Universal para el Colegio Keiko Fujimori.

¿Aquí vas a votar? Sí. ¿Y por quién vas a votar? Por PPK por supuesto – Henry votó en primera vuelta por PPK. Pero me supongo que en este colegio ganará Keiko. Ni creas, el director quiere hacer trámite para cambiar de nombre al colegio.

Henry no demora mucho, sale. Sebastián está en una esquina con las bicicletas comiendo un sándwich de pollo.

¿No ibas  almorzar con tu mamá? No, no tengo hambre. Bueno, yo me voy a mi casa, luego bajo con tu bicicleta. Normal, yo me voy a mi cuarto, voy a estar pendiente del flash – Sebastián se limpia con la mano.

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Sebastián llega a la esquina donde conoció a Elena y ella está allí.

Demoraste mucho. Perdona, Henry me entretuvo. Lo sé – Elena le mira con tranquilidad -, hoy Henry cumple años. No me había recordado – Sebastián se sorprende. Vamos a comprar algo para él. Claro, ¿qué sugieres? Viste que está usando una correa muy antigua, es la que le regalé hace mucho; podrías comprarle una. Ya, pero sería ir al Mall. Sí.

Sebastián se apresura con la bicicleta, llega al Mall de Santa Anita, está cerrado por las elecciones.

¿Y ahora qué hacemos? Vamos al Óvalo, allí hay una tienda muy buena donde podrás encontrar correas. Pero debe estar cerrado por las elecciones, ¿quizás en “El Parque de El Agustino”? Vamos para allá – Elena desaparece.


También todo está cerrado, Sebastián piensa que podría comprar vino. Sí, al negro le gustará esa idea, de tomar vino por su cumpleaños. Pero por la ley seca quizás y no encuentre ningún lugar que le quieran vender. Se va a Zárate y encuentra una tienda donde le expenden. 






Sunday, June 5, 2016

La segunda vuelta

Nerviosa, completamente nerviosa, Camucha mira de un lado a otro, sostiene con fuerza su cartera.

Tanta gente aquí, seguro toda esta gente lumpenesca va votar por Keiko, felizmente que me vine temprano para no codearme tanto con esta bajeza de la sociedad.

Su celular suena.

Hola Rubí - lo dice tan femenina -, hay hija no sabes estoy a punto de entregar mi voto. ¿Tu voto?, tan temprano estás votando. Es que ya sabes que me tengo que ir al culo del mundo para votar, y eso por no haber cambiado mi dirección. Jajajajaja…, ya ves, yo te dije. Sí, es que ir al centro me mata tanto como venirme aquí a San Martín. ¿Y qué tal?, ¿la gente qué dice? La gente aquí está por Keiko, no sabes, salió una gorda de esas que vende en carretilla, todo sudorosa, grasienta y empolvada dando hurras por la China. Yo casi me desmayo al ver tremenda foca, ¿y tú a qué hora vas a votar? Ay no sé, tengo miedo de que me agarren en la cola y me digan que debo ser miembro de mesa porque algún mal ciudadano no quiere cumplir con su deber. Ay Rubí, por Dios, lo mucho te puede suceder es que te agarren el culo, y eso para ti sería una felicidad; ya a estas horas todas las mesas ya están instaladas. Ay no sé, además en mi mesa hay un gringuito que me miró la otra vez, estaba bien bonito, pero pequeñito, así como perfume francés. Jajaja, déjate de cosas oye, yo aquí no encuentro más que negros y ya sabes que soy racista – Camucha lo dice en voz baja para que no le escuchen -, Ay amiga, la cola está larga, no sé a qué hora voy a desayunar. ¿No has desayunado?, ay, pero qué tonta resultaste, yo en cambio me comí un chicharón. Ya, no me digas de chicharones, que eso me hace intuir que gana la China y allí sí que se nos acaba el plan de celebrar. Sí pues, oye… ¿tienes saldo? Sí, ¿por qué? Llama que ya se me acaba mi saldo. Está bien.

Camucha cuelga, pero antes de hacer rellamada ve un fornido hombre de piel morena colocarse atrás de su cola, comienza a elucubrar todas las exageraciones y prejuicios sexuales que se tiene con respecto al hombre de color. Voltea para verlo.

Pero si este negro no es peruano, o al menos sus orígenes no lo son – pero qué tonta soy, si los negros no son oriundos de estas cálidas tierras americanas -, pero qué guapo, seguro debe tener ascendencia europea.

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Sebastián se levanta, son las diez, está tranquilo, ha dormido bien; lo bien que se duerme después de hacer el amor.

Pisa suelo, no importa lo frío que está haciendo, solo quiere sentir ese frío que comulga con el abandono de Alejandra y le saca de su cálido sueño literario. Soñó con Alejandra en un auto, junto con su madre y padre; como siempre la madre mirándole de reojo, con el gesto de qué hace mi hija con éste; en cambio el padre, tan diplomático, para darle un espaldarazo y motivarle que haga política que allí está el camino para acumular la riqueza de las naciones.

Se sirve té chino, ve el vapor de agua que se expande de su taza y piensa que podría hacer un video con esa imagen dedicándole un poema más a Alejandra. Se sienta para leer el diario – Hildebrant en sus Trece -, lee el título “¡cunde el pánico!” y desea que gane PPK.

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Camucha despierta del encanto afroperuano y da cuenta que debe timbrar a Rubí.

¿Qué pasó hija? Ay mami, ni te imaginas, aquí tenemos compatriotas de exportación. ¿A qué te refieres? Si vieras lo que mis ojos verán, pero mi boca no comerá. Pero qué has visto, qué ha pasado perripuerca, no me dejes con la intriga. No, es que eso te lo tengo que contar en persona para que veas mis gestos así de genuinos como solo yo puedo hacerlo. Más bien, voy a guardar compostura y aislarme de toda esta bajeza para contarte lo de mi jefa. Ya, espero me cuentes lo que has visto; está bien, dime qué hay con Elenita. Sigue igual de guapa la maldita, los años pasan por ella pero para ponerla más sexy. Sí, eso me dicen siempre, tú siempre de franelera. No, tú has visto a mi jefa y ya sabes lo guapa que es. Sí, sí, eso sí. Resulta que ayer salió con un pelado. ¿Y? Es que es un pelado bien feo, además es de esos tipos ridículos, que se cree intelectual, que ha escrito un libro todo horroroso y cursi que se llama “Poemas para Elizabeth” y el muy atorrante no se lo dedica a Elizabeth, sino que se lo dedicó a una tal Alejandra y además allí están los poemas con que conquistó a Elenita. ¿Has leído el libro? Claro, lo compré, está bien bonita la pasta, tiene una orquídea en el centro del negro de su continente – lo dice elegante para sentirse sofisticada. Algo bueno tiene el libro. Sí, pero tienes que entender que la pasta no es obra suya; bueno a lo que voy, es que Elenita le ha dado un beso al descabellado escritor. Pero, Elena no acaba de tener su hijo y está con planes de boda. Sí, pero creo que esa boda se cancela por cambio de novio. Pero si salió más perripuerca que tú y yo. Cómo decirlo, Elena está para una de esas películas donde a la final si no se mata, la matan.

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Se mete a la ducha y antes de abrir la regadera timbra el celular, sale del baño y contesta.

Hola Sebastián. Hola Ariana. Sebastián, quería saber a qué hora puedo pasar por tu casa para lo de mi trabajo de investigación; porque tengo que ir a votar junto con mi mamá y nuestros centros de votación están muy separados. No te preocupes, mejor sería en la tarde; ¿puedes a las cuatro? Ya, entonces así quedamos.

Se mete a la ducha. 



Friday, June 3, 2016

Sus dos hijos

¿En qué piensas? En Alejandra. ¿Dónde piensas que debe estar ahora? En un auto, viendo por la ventana a la gente pasar, pensando en muchas cosas y en nada. Jajajajaja qué cursi suenas – Elena coge la mano de Sebastián -, tranquilo, ya la vas a olvidar y ya te veré haciendo otros poemas para otra ficción literaria. Sabes, le confesé la verdad. ¿Por qué? Porque una vez le dije que nunca le iba a mentir, y desde entonces decidí no mentirle y como me lo preguntó, se lo dije. ¿Y cómo reaccionó? – Elena tiembla. De lo más normal, ella es una de las personas más lindas que he conocido. No te debes exponer de esa manera Sebastián, tú no sabes qué es lo que podría hacer o decir Alejandra más adelante. Sería una deslealtad, me dolería mucho.

Sebastián paga la cuenta, se retiran del restaurante.

¿A dónde vamos? Aquí en Leticia, hay una galería llamada “Fronteras Unidas”, allí vamos a comprarte la colchita y una funda para tu cama. Está bien, también quiero comprar una terma. ¿Para qué? Para poder tomar un café. No seas mongolito, lo que tú necesitas es un termo. ¡A eso! Jajajaja, estás perdido, hay mucha diferencia entre un termo y una terma. Sí lo sé, solo que no lo pensé cuando lo dije. Vamos a caminar bastante, porque un buen lugar para comprar termo esta en Abancay. Normal, tengo el día libre, hoy no hubo clases por lo de las elecciones, por eso mismo quise aprovechar. Ojalá gane PPK, en mi casa todos vamos a votar  por el “longevo candidato” – Elena le mira los ojos en complicidad. Sí, también quiero que gane PPK; hace mucho tiempo hice un video declarándome un PPKausa, luego me arrepentí, pero igual lo quise mantener y hace unos meses atrás hice un video hablando sobre la página 11, la IPC y el Banco Central de Reserva por lo que PPK tuvo que huir a los Estados Unidos; ahora, siendo que se enfrenta con la hija de Fujimori, tenía que alinearme al PPKausa. A mí me cae bien, vi tu video; yo he escuchado sus argumentos y creo que es un buen candidato, jamás votaría por Keiko, pero parece que va ganar. No todo está dicho, hoy leí Hildebrant en sus trece y según sus fuentes hay encuestas de estas últimas fechas que no se pueden publicar pero que han registrado un empate técnico. Ay qué bueno, ojalá que así sea por el bien de este país.

Entran a la galería, suena una canción de RBD y Sebastián recuerda cuando Alejandra le puso la canción de la rubia cantante.  

¿Te gusta? – Sebastián le pregunta a Elena por la música. Sí, no es de nuestra época, pero sí me gustaron estos chicos – Elena agarra en el brazo de Sebastián y se contenta de estar así juntos.

Miran las colchas y edredones, ella se emociona, pero busca algo serio para el perfil de su amigo.

¿Qué te parece éste? – Elena le muestra un modelo sobrio. No está tan mal, pero creo que aquí no hay muy buenos diseños. Es que así es, este es el mejor lugar para encontrar este tipo de prendas, lo malo es que los diseños son muy llamativos; si nos vamos a tienda igual vas a encontrar los diseños chillosos y no te gustará. Sí, tienes razón, éste me gusta. Entonces lo compramos. Denos éste, por favor – Elena le pide al joven que atiende. Son setenta soles. Aquí tiene – Sebastián paga. ¿Puedes ponerlo en la mochila? Claro – Elena acomoda la colcha.

Siguen viendo más puestos y Elena le consigue un cubrecama que le parece decente.

Ni que decir, es ése – Sebastián se pone contento de que Elena sabe lo que él necesita; ella le besa en los labios y él se queda estático de la sorpresa. Son ochenta soles señor – la dependiente le entrega el paquete. Aquí tiene. Gracias – la señora le da las gracias con una sonrisa cálida y añade -, hacen muy bonita pareja, ¿ya tienen hijos? Ella ya tiene dos hijos, yo aún no tengo ninguno. Qué gracioso el señor, ¿o sea son los hijos de su amigo? Así es señora, sus dos hijos son de mi mejor amigo – la señora no entiende. Muchas gracias señito – Elena se despide.