Friday, April 3, 2015

Feriados

Sebastián se levanta temprano, el día está nublado. Tiene hambre, no comió bien ayer y además ha estado en su habitación solo por tres días, raras veces salió. Prende su pc para ver si le han escrito algún mensaje, le viene el dolor de cabeza y sufre.


Escribe en su muro que quisiera morir, siempre lo ha querido, siempre ha pensado que lo mejor será morir cuando haya dolor, que cuando el dolor sea insoportable, es preferible despedirse de todo que vivir desgraciadamente. Por eso firmaría a favor de la eutanasia.

Pero también piensa que puede estar en la tierra algunos años más, que aún le queda algo de juventud; se siente egoísta y frívolo al pensar así, pero es sincero y se dice que es lo que todos han de querer: juventud y salud. Nadie puede ser feliz en la vejez y mucho menos enfermo; entonces, es preferible morir a ser un estorbo para los demás.           

¿Pero cuándo es el tiempo en que uno llega a ser un estorbo? Piensa que será cuando no se puede valer por sí mismo, y eso no tiene que ver con la edad, porque hay ancianos que tienen mayores competencias para solucionar sus problemas cotidianos que los que él tiene.

Abre el facebook, Henry le escribió ayer un mensaje: “habla”; es la primera vez que Henry le escribe a través del chat; seguro estuvo obligado a ir a Internet para enviar alguna proforma y aprovechó en escribirle.

Le responde a ese lacónico mensaje: Aquí Negro, estoy con dolor de cabeza. A ver si pasas a visitarme.

Se quita la ropa, toma una ducha y se queda con la toalla. Lee parte de la biografía de Kennedy. Su estómago le exige alimentos, así que se cambia y decide visitar a su madre. No hay dinero, hay que ahorrar, se dice.

Mira su celular y nota tres llamadas perdidas de Elena, cuánto le gustaría que las llamadas fueran de Elizabeth. Recuerda el rostro de Elizabeth y piensa que no es tan linda como Elena.

En la calle se encuentra con una de sus vecinas, la saluda así nomás y se pasa de largo para que la vecina no le pregunte nada.

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Mamita, cómo estás. Preocupado de no saber nada de ti. Mami perdóname, es que estoy full con las tareas. ¿Y ya estás bien con tu diente? Sí mamá, ya no me duele el diente, pero me duele la cabeza. ¿La cabeza?, seguro te han hecho una mala curación. Eso es lo que pensaba, pero me han hecho una placa y tengo una mancha en la mandíbula, parece que es eso. Tienes que ir al hospital. Mi doctor me dice que puede ser una inflación, que lo va ver este lunes con otro odontólogo. Cuídate papito, ¿ya desayunaste? No mami, ¿tienes algo? Sí, sírvete, hay avena y pan con queso suizo. Gracias.

Sebastián se sirve la avena cogiendo la olla para no utilizar el cucharón, luego saca del refrigerador el queso que lo sirve en el pan. Lo come con cuidado para no utilizar el diente que le hicieron la endodoncia, quizás deba ser eso que le genere el dolor de cabeza.


Mami, has visto a Henry. A ese tu amigo no se le ve ni en pintura; creo que para tomando. No mamá, cómo puedes decir eso si no dices que no lo has visto. Es que tu papá me ha dicho que la otra vez lo vio subiendo unas cervezas a su cuarto. Habrá tenido sed. Y por qué no se toma una Coca Cola. Mamá, la Coca Cola es cancerígena. Sí, cuando te conviene es cancerígena. Mami ya me voy, me puedo llevar ese flan que tienes en el refrigerador. Sí, lo guardé para ti, ¿vienes almorzar? Sí mami, voy a estar trabajando en mi cuarto, una amiga me ha pedido que le haga unos ensayos. 

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