Llega a la entrada de La Cantuta, sube a una moto, el señor
le explica que solo le podrá llevar hasta el puente y que de allí deberá cruzar a pies, para luego tomar otra moto.
¿Y cuánto me costará? Aquí le cobramos cincuenta céntimos
nomás joven, allá le cobrarán ochenta, pero ya para mañana cobrarán cincuenta,
no podemos perjudicar la economía de los estudiantes. ¿Y entonces por qué hoy
no cobrar cincuenta? Es que así hemos quedado en nuestra reunión.
Baja, ensucia sus zapatos al cruzar el puente, sube en la
otra moto.
Corre, ingresa a registro y felizmente solo hay un joven en
la cola; en menos de diez minutos – súper, la gente está trabajando, ironía.
Señorita – en realidad es una señora que fácil y está a
punto de jubilarse – vengo por mi tarjeta informativa. A ver joven, déjeme ver…
a ver… joven aquí no sale su nombre. ¿Qué quiere decir eso? Que tiene que
volver de aquí a diez días, ahora pondré su nombre en la lista y de aquí a diez
días estará lista su tarjeta. Pero cómo es posible, vengo desde muy lejos y ya
han pasado más de veinte días de que ustedes están supuestamente revisando ese
expediente y me dice que debo ahora esperar otros diez días más. Tenemos muchos
expedientes que revisar, usted no es el único. Pero entonces me hubiesen dicho
que vuelva dentro de un mes. Mire joven, si usted quiere reclamar, hable con el
señor Nick, él le puede dar razones, quizás y puede hacerle su tarjeta para hoy
si tanto le apura. ¿Dónde lo encuentro? En el segundo piso es su oficina.
Sube las escaleras, reconoce al señor Nick, tres administrados
también le están pidiendo que agilice los trámites. La secretaria del señor Nick,
una mujer de gestos antipáticos, se le acerca para decirle que se le acabaron
los papeles, que no puede avanzar, que no se comprometa con más expedientes
porque ella tiene mucho trabajo y que no podrá hacerlo. El señor Nick parece
que no tiene ninguna autoridad frente a su secretaria, quien le contesta mal
cuando él le da una solución para los papeles y le pide que apresure su
trabajo.
¿Dígame usted? Señor Nick, vengo por mi tarjeta informativa,
ya son más de veinte días atrás que lo solicité y hoy que me acerco a
ventanilla me dicen que no está. Hemos tenido un problema con el trabajo, hubo
unas huelgas y luego lo del huaico, no tiene retrasados, pero le prometo que
estará para mañana, déjeme ver su nombre. Soy Sebastián Rivas. Pero aquí hay un
error en su segundo apellido. Sí, pero eso ya lo tramité hace dos años. ¿Lo hizo
para su segunda especialidad? Cómo así, acaso no es suficiente que haga la
rectificación una sola vez. No joven, tiene que rectificarlo también para esta
especialidad. Pero eso me demorará mucho, ¿y por qué no me lo dijeron antes?
Eso es responsabilidad suya. ¿Y ahora cómo hago? En trámite documentario, allí
le darán la referencia, pero ya está todo cerrado. Bueno, un momento – Nick llama
a una colega y le pide los requisitos.
- Fut solicitando rectificación de
nombre.
- DNI (copia)
- Partida de nacimiento (copia)
- Constancia de ingreso (original)
- Resolución de ingreso.
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¿Y por qué se molestó? Porque él es así, siempre para
renegando y cuando se molesta no escucha a nadie. Sí, pero algo tuvieron que
hacerle. Nada, solo que David le llamó por su nombre y lo identificó y por eso
se la cobró con todos. Bueno, ya se le pasará – Rebeca conversa con su
estudiante -, tranquilo. Es que ahora no quiere aceptarme la tarea extra con
que me apoyaría, voy a jalar. Si él te lo mandó te lo aceptará, solo recuérdale
que así acordaron; Sebastián no es malo, estará enojado pero cumple lo que
promete.
Luis mira al profesor Rivas pasar, está amargo.