Cuando yo muera, alguien te dirá la clave.
Cuando yo muera, alguien te dirá la fórmula.
Cuando yo muera, alguien te dirá la contraseña.
Porque todo lo mío será tuyo.
Porque todo cuanto maquiné lo sabrás.
Porque lo poco que tengo te lo dejaré.
La fórmula comienza con la E de tu nombre.
La clave finaliza con la O de la última letra de mi nombre.
La clave tiene mayúsculas y minúsculas.
La contraseña nos une.
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