El día de ayer pasé nuevamente por tu casa, y vi a una pareja
de ancianos que se ayudaban a atravesar la calle, y me fue una lección de vida.
Porque me enseñaron una cosa que creía nunca pensaría.
Me he visto tantas veces en el
espejo, y no le tengo tanto miedo a la muerte como a la edad infame en que
tendré que ser llevado del brazo por una mujer. Aquellos ancianos, me enseñaron
que llegará el día en que tendré que renunciar a la posibilidad de amarte, ese
día será cuando ya no pueda mantenerme en pie por mis propios medios.
Me espanta que llegue ese día.
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