Sebastián se
levanta, escucha la conversación de los jóvenes del cuarto piso, se da cuenta, por
el tono de las palabras, que ellos están alegres, tienen objetivos, hay
vitalidad; los envidia, él no tiene nada de eso, se siente desgraciado y
miserable. Se levanta y va a tomar una ducha, piensa que una ducha fría podría
ayudarle, pero el agua que le cae esta tibia, el tanque expuesto a los rayos
del sol conserva el calor que ganó ayer.
Sale de la
ducha, deja la toalla y se viste sin ganas a pesar que le faltan un par de
minutos para comenzar con la reunión virtual. Va a la cocina, llena su jarra con
agua de una botella y lo mezcla con colágeno en polvo, baja a la antigua
biblioteca para conectarse a la reunión. Mira por la ventana a Norma, ella está
friendo pescado para su desayuno, a él no le gusta el pescado, así que no le
dice nada porque si Norma le escucha es posible que le sirva un plato. Se
conecta y saluda sin preocuparse si sus colegas han escuchado o no el saludo,
ellos están comentando cosas sin importancia, algunas profesoras incluso están
recordando las salidas cuando se llevaban las clases presencialmente.
Espera a
que la directora inicie la reunión, mientras tanto lee un libro sobre “sexo y
aborto”, donde da cuenta que esto del aborto ha sido una preocupación de
milenios y se sorprende encontrar que los filósofos Aristóteles y Platón expresaron
su franca aprobación del aborto siempre que fuera hecho antes de que la madre
sintiera alguna manifestación de vida en su vientre. Él no está de acuerdo con
eso, y piensa que la postura de los grandes filósofos de la Grecia Clásica se
debió a la falta de conocimiento sobre el inicio de la vida humana. Uno de sus
colegas le escribe al WhatsApp, preguntándole por su lectura.
(-) Buenos
días profesor Rivas, ¿por qué su interés en el aborto?
(-) Es un
tema interesante, y me preocupa mucho cómo es que cambiará la moralidad de la
humanidad cuando se permita el aborto como ahora lo están haciendo algunos
países.
(-) Yo no
estoy de acuerdo en el aborto, eso está mal.
(-) Es un
tema muy complejo, yo tampoco estoy de acuerdo.
La
directora inicia la reunión pidiendo a los profesores que prendan sus cámaras.
Sebastián se pregunta si los colegas se darán cuenta de su tristeza al verle
por la cam, se darán cuenta de lo miserable que se siente, que para él su vida
no tiene mayor sentido, que de pronto se dio cuenta de la inutilidad de la
existencia. Piensa:
La
existencia tenía sentido cuando se era niño, había un objetivo claro de querer
superarse, de dejar de tener miedo a los compañeros abusivos, que terminaría el
día en que los profesores podrían reprobarnos, gritarnos, tenía sentido pensar
en un día de libertad, el día en que nuestros padres no podrían limitarnos las
horas de salida y la distancia del viaje. La existencia tenía sentido cuando
estaba en la universidad, porque había la esperanza que un día se tendría un
trabajo bien remunerado para poder comprar lo que se carecía, para poder salir
con Elena. La existencia tenía sentido cuando Elena viajó a los Estados Unidos,
tenía sentido porque esperaba el día que ella llegara, tenía sentido porque
esperaba el día que la recibiría en el aeropuerto y la invitaría a comer en un
restaurante caro, tenía sentido porque había la posibilidad de que ella se
enamore de mí. La existencia tenía sentido cuando conocí a Elizabeth, porque
era una chiquilla que lo había revuelto todo, ya no importaba ostentar nada, lo
importante era ser humilde y estar pendiente de lo que la chiquilla necesitaba,
porque la pobre necesitaba mucho y mi objetivo era poder servirla. La vida
volvió a tener sentido cuando apareció Alejandra, con ella las cosas eran
fuertes, por primera vez amé a alguien que me amó de verdad. Además, tenía
tanto sentido la vida porque ella es mucho más joven que yo y con ella se
prolongaba mi existencia. La vida, fugazmente, tuvo sentido cuando conocí a
Azul, la venezolana de ojos azules, que cocina muy rico, que es pretenciosa de
su estampa; tenía sentido porque quería hacerle mucho bien y viajar a su país.
Pero acabó,
las razones de su sentido de existencia acabaron, están allí esas personas,
pasaron los años, su cerebro ha sufrido tantos reveses que ahora se ha dado
cuenta de la inutilidad de la existencia, de su existencia, sí… Y quiere ver a
las otras existencias para quizás motivarse, pero también se da cuenta de la
inutilidad de esas existencias.
(-)
Profesor Rivas, quizás usted nos pueda comentar su experiencia de trabajo del
2020 – La directora pregunta y Sebastián no responde -, profesor Rivas… ¿está
atento?
(-) Lo
siento directora, estaba distraído en mis pensamientos. El año pasado trabajé
con blogger…
¿Solo hay un destino para todos?