Dolores del alma

Me reprochas este encierro

¿Qué hubieras querido?

Me despreciarías ahora

Porque soy un estúpido.

Pensaste en que sería alguien importante

¿Podrás mirarme?

Sigo en la casa de mis padres

En una habitación abarrotada de libros.

No me corrompo por las vanidades del mundo

De este anodino espacio

Que siempre tiene uno que otro título

Que dice “el primero”.

Tú querías uno de esos títulos para mí

Pero acaso también no descubrías mi escasez de inteligencia

Por qué ahora me voltearías tu mirada

Para demostrar decepción de alguien que no pude ser.

¿Solo eso era el objetivo de tu visita?

¿Para eso apareciste en mis sueños?

¿Acaso no es suficiente con los dolores en la sien?

¿También tengo que soportar los del alma?

Descansa en paz

No me molestes

Mis días son cada vez menos

Mis noches no son largas ni continuas.

No interrumpas mis horas sin dolor

No abatas más mi alma

Suficiente tengo con este mal

Que no soportaré dure años.

Triste, ridícula y puerca

Dolores

De la vida

De la vida triste

Ridícula y puerca.

De una niña

Que no tiene padre

Que Electra llora andando

Porque el Edipo tiene ojos pero no la ve.

De la hermosa mujer

Que poco a poco dejó de ser bella

Que no encontró a nadie que la merecía

Y hoy ríen de ella porque ya a nadie merece.

De grosera pasión

Que hizo que se acueste con una virgen

Que tiene un vástago parecido a él

Y que afirma de aquel, mío no es.

Triste vida con dolores de cabeza

Que le hacen gritar al cielo

Maldecir su existencia

Y dudar de Dios.

Ridícula vida

Que su fin es morir

Que sin sentido se hizo

Que es parte de una casualidad.

Puerca vida moral

Que cubre con una seda

Ja, para que no se vea

Lo sucia que está.

No menciones mi nombre

No menciones mi nombre

Si como dices

Respeto me tienes

Guarda silencio.

Ignora que me viste

Con andrajos

Perdido

En tu noche.

Sentado

Con fondo del jardín

Lejos de las miradas importunas

Tú frente a mí.

Sonreí ingenuamente

Esperando un beso

Ya la mano

Dichoso de la oportunidad de verte.

Pero como espectro

Hiciste ademán de saludo

De reconocer a un don nadie

Para ti y los tuyos.

No menciones mi nombre

Sé que nada bueno podrás decir

Y al saberlo

Recordaré el no merecerte.

Soportaré

Que te alejes de mi lado

Porque pobre, mal educado, ignorante y hasta grosero

Te produce eso mi aspecto.

Tu fealdad

No te conocí

O dicho mejor

No me conociste

Pero te veo y te admiro.

Veo tu belleza

Que son de las pocas

Porque lo mucho es diferente

A tu gracia.

Esa maldita belleza tuya

Que nos separó en el primer encuentro

Porque lo escaso de mi gala

Repulsa le inspiró.

Primero está tu presencia

De esbelto porte

Contorneados músculos

Blanca como la leche.

Está tu faz

Con iluminados ojos negros

Recorte lindo

Que sonríe para la foto.

Tu belleza

Que es admiración de los tuyos

Que te comparan como el cristal

Por el trato que te dan.

Maldito yo por mi fealdad

Que cual Cuasimodo

Me debo esconder

Para no insultarte con mi estampa.

Pero sabes de mi existencia

Que si bien no me conoces

Te has acostumbrado a una apariencia

Que lleva mi nombre.

Hombre de harapos

Que vueltas da

Que contacto haces con sus ojos

Y tembloroso te mira.

Ese pequeño infeliz

Que desprecias

Cuando mirada desdeñosa le haces

Al verle tan insignificante.

Ese hombre soy yo

Y quiero que sepas

No me importa lo mucho que me desprecias

Yo siempre te miraré y admiraré.