Fernando mira al pobre infeliz, menea la cabeza, le rodea, y
al oído de Daniel cambia radicalmente su timbre - ¿tú lo hiciste verdad? No, no
lo hice – Daniel no se mueve, ni parpadea y su interrogador se sorprende por su
aparente santidad -, si yo lo hubiera hecho ella diría que lo hice, ¿eso ha
dicho ella? Jajajaja… - Fernando exagera, Daniel sigue sin parpadear, y sin
mover las niñas da cuenta de la vileza de los tatuajes del investigador -, o
sea, después de que le has amenazado ella va decir cómo la violaste..., pues
muy creído tú, ella lo dijo – Daniel permanece impasible e inmóvil, totalmente
indiferente a los trucos de Fernando, sigue sin parpadear. ¿Serás estúpido? –
Fernando se conmueve para sus adentros, pero disimula -, ella y yo hemos tenido
el mejor sexo esta noche, ella ha gozado hasta el infinito y yo he llegado al
nirvana, ella se ha desmayado y yo he alcanzado la santidad.
Fernando sale de la sala, hace sonar sus zapatos como mujer
que quiere llamar la atención. Conversa con el médico legista y se molesta.
Daniel lo puede ver todo sin mover las pupilas. Es un poema lo que ha dicho la
dama.
Fruta prohibida
De nuestros sueños
Desnudos
Y sin vida
Como Puta
Como Santa
Poema de mierda
Del servidor de Dios
Del Yogui
Que se acuesta en mi cama.
El derecho nos regula y nos obliga a vivir civilizadamente,
pero el derecho solo se meterá en situaciones intersubjetivas con relevancia jurídica;
así que si te metes un pajazo, nada pasará; eso al derecho le llega al pincho –
Fernando le quita las esposas -, te puedes ir a la mierda.
*****
El profesor Rivas llama a Alejandra, ella está acompañada.
¿Qué quieres Sebastián?
No comments:
Post a Comment