Sebastián se levanta, pisa frío, pero no lo siente tanto, el verano aún
sigue. Camina hacia su mesa de lectura donde tiene un termo con agua fría, saca
un vaso del frigobar y se sirve. Coge su celular, le incomoda la luz, se
molesta porque nuevamente se ha levantado tarde, son las diez.
Piensa en dónde estará Henry, seguro el pobre no habrá desayunado. De
igual manera recuerda a Elizabeth y Alejandra: ¿qué será de esas chiquillas?,
¿ya habrán desayunado?, seguro Elizabeth se habrá levantado para hacer el
desayuno a sus tíos y estará en su cocina preparándose algo para ella y sus
primos, en cambio Alejandra, ella se levantará cerca de las doce y marmoteará
por una hora.
Sebastián se mete a la ducha – está desnudo – coge la escobilla y pasa
por el piso de la ducha que está sucio, abre el grifo y limpia así el piso para
luego mojarse, hace caer el agua en su nuca pensando en todos los problemas que
tiene, principalmente los económicos. ¿Qué haré hoy? Desayunaré jugo helado con
un pan con palta, luego veré Facebook y youtube, cuándo ha cambiado nuestras
visitas, leeré el libro de Ray Bradbury, la copia que dejó Keni y luego visitaré
a mi madre, allá almorzaré, espero no encontrarme con mi cuñado, pero sí me
gustaría encontrarme con los niños y mis hermanas, ellos me motivan a seguir
adelante.
Se seca, se pone un polo viejo y unos jeans aún más viejos, piensa en
Keni y su desventura, como para escribir una novela, sobre el amor primerizo.
Se pone las medias que le regaló Elena, unas colorinches como a él no le
gustaban, pero ahora son sus preferidas. Timbran.
Hola. Hola cholito – es Keni. ¿Qué pasó cholito? – Sebastián se da
cuenta que Keni está mal. Quería preguntarte cómo hago para ser feliz – Keni llora.
Para ser feliz, ¿cómo me preguntas eso?, yo tampoco soy feliz, no sé cómo ser
feliz, además – Keni le escucha como un discípulo a su maestro – deberías
partir antes por saber qué es ser feliz, o mejor dicho qué es la felicidad, y
sabes, la felicidad es algo contradictorio, porque si existe, si existe en la
tierra, ésta sería temporal, o sea solo duraría un tiempo y cómo podrías ser
feliz si es que sabrías que esa felicidad se va acabar, entonces qué es la
felicidad, un estado de calma y de paz, un estado de alegría y emociones
positivas, qué es la felicidad si es que sabes que esa paz, calma, alegría y
demás emociones se acabará y por eso has de estar con la angustia de saber cuándo,
o sea no estarás feliz – Keni piensa en la lógica de su amigo, quería una
respuesta más realista y menos filosófica, pero qué se puede esperar de
Sebastián. Entonces… ¿cómo hago para no estar triste? Pues lee un libro y te
pondrás reflexivo, sal a pelotear, estoy seguro que te emocionarás, te
amargarás si es que no haces gol, hay muchas cosas qué hacer; ¿ya limpiaste tu
cuarto? No. Entonces, limpia tu cuarto, piensa en que después de limpiar tu
cuarto, podrás estar triste en un lugar limpio. Jajaja... bueno cholito, al
menos me hiciste reír; estoy así porque soñé con Yovana. Te entiendo, poco a poco
la olvidarás. No quiero. Pues por más que no quieras así sucederá. Tienes
razón, te llamaré luego, gracias por escucharme. No te preocupes, llama cuando
quieras.
Oye Príncipe en pena, dime cuánto por sufrir es tu condena?
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