Tío, tío – su sobrina grita. Ya voy niña – el profesor Arias
responde.
Suena el celular.
Carmen, recién me he levantado, tenía que hacer unas
estadísticas que me dejó mi coordinadora. Mi amor, no comas mucho que hoy te
voy a invitar a almorzar por tu cumpleaños. Sí, lo tengo presente, tomaré un
jugo de naranja y un pan integral. Paso en una hora. Está bien, pero recuerda que
recién me he levantado. Te espero hasta que te arregles.
El tiempo pasa – no pareciera que hubiese sido una hora -,
Carmen sube al segundo piso – ella tiene llave de la puerta de salida a la
calle -, toca la puerta de Cristóbal.
¿Quién es? Soy yo mi amor. Pero mi amor, ni siquiera me he
cambiado – Cristóbal lleva una polera blanca, short celeste de pijama y medias
azules de vestir. No seas tontito, abre la puerta. Está bien – Cristóbal
desprende la cadena y abre la puerta.
Feliz cumpleaños mi amor – Cristóbal huele bien. Gracias mi
amor. Qué rico hueles. Ayer en la noche probé el perfume que me regalaste.
Jajaja… qué chistoso te vez así – Carmen abraza a Cristóbal y se muestra
tierna. Mi amor, voy a bañarme. Está bien. ¿No quieres ver algo en la
computadora? No, quiero verte como te bañas. Está bien.
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