Monday, January 23, 2012

QUIERO HABLAR CONTIGO


Me acuesto desnudo porque quiero acariciarme con las sábanas y porque después de una ducha en la noche ya no da ganas de ponerse nada.

Acostado de espaldas meto el dedo gordo del pie izquierdo en una rotura de la sábana; no es una rotura, está descosida. Eso me fastidia. Tendré que arreglarla mañana. De cualquier modo tiro un poco de los hilos para sentirlos romperse.

Retiro el dedo de la rotura de la sábana y agito un poco los pies por el placer de sentir la sábana chocando con mi piel fresca por la ducha. De pronto me asusto porque escucho que gorgotean líquidos en mi vientre. Me pongo boca arriba y miro el techo, quiero pensar.

Hubiera querido ser explorador o actor, pero soy soñador, sólo sigo una idea. Siento los ojos dulces, dulces como la miel, voy a dormirme.

Abro los ojos y veo la ventana, las cortinas están teñidas de rojo por una luz que viene de la calle; hay un reflejo rojo en el espejo. Me agrada esa luz roja y mi silla recorta como una sombra china sobre la ventana. Sobre esa silla están mis pantalones. Al lado mis zapatos marrones con sus medias negras respectivas. Oh no quiero, no quiero irme.

Me gustaría quedarme, viviría solo como siempre, sin molestar a nadie. Y cuando me enamore no se lo diré a nadie. No me importará pasearme sobre ninguna carne, sólo quiero quedarme. Ya no la quiero tocar ni por todo el oro del mundo, no sabría qué hacer con ella, aun cuando ella quisiera, aun cuando ella me dijera: “Acepto encantada” no sabría; pero sí quisiera estar aquí, aun siendo invisible.

No comments:

Post a Comment