Monday, January 23, 2012

Me esconderé


Noche negra y calurosa.

Se hubiera dicho que alguien andaba por la habitación: un hombre en sandalias.

Avanzaba con precaución, primero un pie, después el otro, sin poder evitar un ligero crujido del piso. Se detuvo, y sentiste un momento de silencio, después, llevado de pronto al otro extremo de la habitación separó algo las cortinas e iniciaba como maniático, su marcha sin objeto.

Elena tienes frío, porque lo ves. Él te saludó y te dio miedo.

Ese hombre se dio cuenta que miraste al cielo y recordaste. Prendió un cigarrillo como tú le enseñaste y también miró el tinte gris del cielo de Lima.

Ese hombre se sintió poético cuando acabó su cigarrillo. Se sintió puro en ese momento.


En la oscuridad hay una toalla empapada y la sábana está húmeda en la mitad de la cama. Él ya estaba totalmente seco, cerró la ventana y se quedó allí – viste su sombra -, estaba allí seco y fresco.

Quisiste subir para verlo, pero te fuiste Elena.

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