Sunday, November 17, 2024

Carta para Luis Alberto Palmera

Estimado Luis Alberto Palmera,

Espero esté todo bien en tu viaje al sur, cada vez te envidio más.

Gracias por recordarte de mi cuando fuiste a la más famosa librería de Buenos Aires, no te preocupes por no comprarme ningún libro con el pretexto de que no sabías què podías comprarme, igual sé que eres lo suficientemente mezquino como para traerme un souvenir.

Yo ahora aquí tomando mi refresco de maracuyá, que lo hice a la hechura antigua, como lo hacía mi tía abuela, la madrastra de mi madre. He almorzado una causa rellena de pollo, pero no te confundas, eso de “relleno” puede sonar como mucho, la verdad es que fue un poco de pollo.

Espero que no suene a reproche, aunque sí es un reproche, pero espero que suene algo más literario: Espero que seas feliz con tus viajes de ñaña Burgués.

Quizás me dirás que trabajas duro y estudias casi todos los días y por eso no puedes ser burgués. No te creo. Nunca te gustó trabajar y tampoco estudiar, solo lo haces porque tienes tiempo y dinero.

Me has sorprendido al decirme que estás leyendo “Ficciones” de Borges y que incluso te fuiste a visitar el barrio de Bustos Domecq, creo que tú y Borges no tienen nada en común, quizás lo estés leyendo por el nombre del libro, porque lo que vives es una ficción como cuando me contaste lo que te pasó con el moreno brasileño en el conversatorio en Valencia para el que fuiste, viaje pagado por tus apañadoras hermanas.

Yo te diré que he estado leyendo la vida de un tal Henry Morgan, un galés, un corsario, un amante del mar y los primeros capítulos me ha recordado tu humilde cuna y tu afán deshonesto de hacerte rico. Espero no lo logres, eso de ser rico, porque ahora que solo eres un clasemediero no te importa en contestar sino cuando te da la gana, y casi nunca te da la gana, mis escritos, qué será cuando llegues alcanzar tu obsesiva ambición de tener millones de dólares.

De todos modos deseo que te vaya bien y qué bueno que estés leyendo, quizás y algo puedas cambiar para bien. Quería pedirte un favor, pero ya te lo pediré cuando vuelvas a Lima, ¿volverás verdad?

Te recomiendo que tiendas la cama y acomodes el lugar donde vives, espero te portes decentemente y no estés al acecho de nadie. Sé feliz siendo bueno.

Tu amigo,

Federico Atroyis.



Saturday, July 6, 2024

Sebastián leyó los poemas del joven de los Andes

 Mira la pantalla y lee los poemas del joven de los Andes, le cae una lágrima, es una por lo sensible de esas palabras, pero también es por la tristeza de que no podrá escribir así, porque no vivió algo así como para hacer un poema que hable de una bonita primera vez… sobre todo porque nunca para él hubo una bonita primera vez.  

El joven de los Andes tiene la suerte de poder contar las emociones de una juventud pasada, del temblor de un delgado cuerpo al abrazar a su pequeña dama, besar su frente, y mirar el horizonte temiendo y queriendo enfrentarse a ese miedo por ese primer amor bonito.

¿Y qué puede contar nuestro payaso triste?, quizás del primer rechazo, rechazo largo que muchos años le costaron, acaso de su amor de años redondos que siendo joven no floreció.