Sunday, September 26, 2021

Me enseñaste

 

Me enseñaste
Que no importan los sueños
Que el futuro es ilusión
Que rápido va pasando, la pretensión.
 
Aprendí de ti
Que los años pesan más
Y te arrastras tanto
Cuanto más daño has hecho.
 
Comprendo ahora
Sentado en esta silla
Sufriendo las escaras
Qué estúpida puede ser, la juventud.
 
Qué mal hice al abandonarte
Niña de pocos años
Cuánto daño te hice
Esa noche que te dije adiós.
 
Tu historia triste
Que a pulso forjé
Con mi ausencia
Con tu espera en balde.
 
Ahora tu historia triste
me alcanza
Y soy uno más del coro
Que llora tu desgracia.





Thursday, September 23, 2021

Estrellita y Daniel

Sabes, los dolores están allí, tenías razón, no soy normal. Estoy comiendo verduras; mi objetivo: dejar de acumular grasas en la panza. Fui en la fuente de soda donde va mi tío Sebastián, seguro que le has visto, es el de los videos. Es un loco, tengo miedo que le pase algo malo, que por decir tantas cosas un día diga algo que no deba, que la gente puede malinterpretar o peor, que diga una verdad inaguantable para una sociedad tan sensible, seguro soy parte de esa sociedad sensible.

Estrellita mira al apuesto joven que está limpiando la pared. Toma cuenta de sus cabellos ondeados y le mira la nuca, su piel blanca, sus pestañas rizadas, Estrellita se siente profundamente interesada por él. El joven voltea como si hubiese sentido que alguien le llamara, ella agacha la mirada y simula leer su libro.

Tengo ya dieciocho, Julio me dejó, me dijo que no se acostumbraría a los Estados Unidos, pero resultó que él era americano de corazón, lo cierto es que es un alienado más. Ahora estoy leyendo unos cuentos, cuentos escritos por mujeres, entre ellos tengo uno de Isabel Allende, fenomenal.

El joven se acerca a la mesa de Estrellita y pone sobre la mesa los cubiertos, ella sonríe, él la mira así nomás. El joven tiene muchos problemas en la cabeza, está pensando en comprarse unas zapatillas, unos jeans, quisiera tener dinero para poder comprar las pastillas que necesita su madre, cuánto le gustaría tener dinero para estudiar, aunque sea en un instituto. Estrellita se da cuenta que ese joven es triste, como el conejo del cuento que lee.

He conocido a un joven, su nombre es Daniel, me parece que es venezolano, se ve lindo. Me ha dicho algo, él solo se encarga de limpiar, pero hoy me atendió a la mesa y me dijo algo, voy a considerar esa palabra una de las más hermosas, no he sentido su entonación, pero me ha dicho algo que me pareció angelical.

El mozo grita el nombre de Daniel, y le pide que acomode unos costales. Estrellita se fija que Daniel no tiene buenas ropas, piensa en que podría comprarle unos jeans, tiene dinero ahorrado, le podría apoyar comprándole jeans y unas zapatillas, ese joven debe estar pasando necesidad. El mozo le alcanza la ensalada, ella despierta de sus elucubraciones.

Ese joven es muy apuesto; seguro que debe tener novia. Pero igual, me gustaría ayudarle, me gustaría ser su amiga. Pero que tonta soy, me perdería al conversarle, qué le podría decir, seguro que tendrá cosas mucho más interesantes que comentar sobre literatura. Leo literatura desde que mi tío Sebastián se le ocurrió que mejores regalos – y más cómodos – son los libros, y ya me ha dado muchas obras, pronto tendré mi propia biblioteca.

Estrellita termina su ensalada, deja el dinero en la mesa y se despide:

(-) Muchas gracias, aquí tiene – se lo dice de lejos al mozo.

(-) Gracias – el mozo responde alto y con una mirada le pide a Daniel que recoja los platos y el dinero.

(-) Gracias – Daniel se dirige a Estrellita, quien sonríe y baja la mirada.