Y fui feliz
De contigo
encerrado estar
Pero también triste
y preocupado
Porque no quería
dejar
De estar a tu
lado.
Qué feliz fui
De pedirte
caridad
Y al tú nada poder
dar
Me ofreciste
tus ojos azules
Con la condición
de llevarme a quien los porta.
Pero tristeza
me embargó
Cuando me
enteraste tu decisión
De mi país
dejar
De volver
junto a los tuyos
De estar en
tus andes bajos.
Que tengan la
fuerza de antes
Los días
decretados
Y que cuenten
una quincena más
Con ese calor
que me dejó ver tu piel
Con ese frío
que me permitiría tocarte.