Mujer de la
cocina
De la amplia
casa
Con mamparas
Y jardín con
rosas
Cuando niña
Llegaste aquí
a nuestras vidas
A la capital
Para cuidar a la
princesita de unos blancos.
Recuerdo
cuando perdido yo
Pensé que eras
una sirvienta cualquiera
Perdón por
obligarte a lustrar mis zapatos
Por estúpida
superioridad.
Venida de los
andes
Con una piel
extrañamente clara
Cabellos
ensortijados
Y mirada
pícara.
La niña blanca
te dejó por una bicicleta
¿Y qué
hiciste?
Cual niña
malcriada
Pinchaste esas
llantas
¿Quién habrá
sido no?
¿Quién habrá
sido?
Seguro el
joven que le ha jugado
Una broma a su
pequeña hermana.
Y lo creyeron
Porque quién
más
Que el
engreído de la casa
Para hacer
tamaña travesura.
Pero yo lo
sabía
Sabía que
fuiste tú
O al menos me
lo imaginaba
Y por eso te
observé desde entonces.
Tienes que
limpiar mis zapatos
Y arreglar mi
cuarto
También quiero
que hagas canchita para mis amigos
Y recojas los
platos que dejo en la mesa.
No toques lo
que no es tuyo
Ni siquiera
por curiosidad
¿Cómo saber si
no te has llevado nada?
Porque se me
ha perdido mis canicas.
Además tienes
sobrinos
Que viven en
un Cerro
En el cerro de
ese tu distrito
Alejado de la
civilización.
Pero se te
salió el indio
Y me
demostraste que no eras cualquiera
Y yo que iba
al Karate
Fui vencida
por la niña de la cocina.
Mi madre
Ella que no
trabajaba tanto como tú
Pero que
ganaba fortuna por el tío Filo
Magnate que
nos cambió la vida.
Mi madre
Que te
apreciaba
Pero no iba a
permitir que le golpearas a su hijo
Te despidió.
Ese día no
pude dormir
Porque fui yo
el culpable
De que una
niña buena como tú
Vaya a parar
fuera de la civilización.
Yo que tanto
conocí la soledad
En un
internado que me llevó el Tío Filo
Me preguntaba
porqué te hice eso
Debería
ponerme en tus zapatos.
Y entrando en
la madrugada
A la habitación
de mi madre
Me arrogué tus
actos y los míos
Llorando dije
fui yo.
Mi madre me
consoló
Y me dijo que
la chola
Estaría para
mi regreso
Y así fue.
Mujer de la
cocina
Te pusieron
allí
Porque tu
comida te salió deliciosa
Superando a la
de la señora.
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La lechera de Burdeos Francisco de Goya |