Año Nuevo

Estoy escribiendo para ti.

2017, un nuevo año.

Sebastián espera la llamada de Alejandra. Es en balde, ella está muy lejos, irá nuevamente a su seco bosque, a encontrarse con los suyos. Piensa, echado en su cama.

El celular timbra, Sebastián se emociona, es la primera timbrada de su nuevo celular, ¿será Alejandra? Es una llamada de Claro, que le ofrece una súper promoción que no le interesa.

A pesar que está desnudo y en la cama solo hay una sábana, siente mucho calor. Sueña despierto, sueña en que una bella genio – que por coincidencia se parece a Alejandra – le ofrece tres deseos: Primero, juventud, tener 10 años menos – los años de diferencia que tiene con su musa. Segundo, tener el amor de Alejandra, que ella se enamore perdidamente de él tanto o más de lo que él la ama. Tercero, dinero, mucho dinero. Allí lo que al hombre le preocupa, salud, dinero y amor.

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Víctor espera en su auto, Alejandra se acerca y se ve virginalmente hermosa que los deseos lujuriosos del caluroso joven desaparecen por la imagen pura de su chica. Ingresan al auto, ella habla desinhibida, está contenta. Él se muestra más pausado, después de las discusiones y el último de los rompimientos prefiere actuar con cautela, quisiera preguntarle de todo, pero es mejor estar tranquilos.

¿Me demoré mucho? – Alejandra abre más los ojos para que Víctor note su atractivo. No mi amor, tú ya sabes que soy ansioso cuando no te tengo – Víctor admira los pronunciados labios de Alejandra. Crees que esta falda está muy arriba – Víctor mira, se le ve perfecta, pero siempre que sea él el único en admirarla. Me gusta como estás, te vez perfecta.

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Keni está muy mal, la separación con Yovana le tiene sin ganas de comer. Además le ha acontecido un hecho atroz, algo que quizás determine su comportamiento sexual.

Es uno de enero y está con sus mejores amigos del futbol. Los jóvenes deciden tomarse un wiski, Keni acepta. Conversan sus cosas, Daniel confiesa sus secretos más íntimos -  la categoría de porno que le hace llegar rápido -; Ángel, sobre las tantas infidelidades a todas las chicas a quien le juró solo un filo; Keni, no quiere redundar en su ninfómana enamorada y ayudado por el alcohol, decide confesarles a sus amigos lo que le ocurrió.

Keni y Jhonson pasaron el año nuevo junto con su abuela y tíos y primos; sus padres tuvieron una invitación de unos socios a celebrar la llegada del 2017 en San Borja. Todos tenían planes de encontrarse en la mañana para ir a la Playa,  peo Keni discutió con Jhonson y decidió irse a su casa. Es así que cuando entraba a su casa, vio la cópula de sus progenitores de manera descarnada, solo atinó voltearse y salir de la casa. Su padre dijo una grosería y siguió en su acrobacia.

¡Qué cagada! – Daniel se admira. ¿Y no les dijiste nada? – Ángel pregunta. No, nada, solo me salí porque me dio vergüenza, me sentí muy mal, como que hubiese hecho algo malo. Jajajaja, con razón estás así con la boca abierta. No sé huevón, no sé qué hacer, no quiero ir a mi casa. Si quieres te puedes quedar aquí, ya es muy tarde. Gracias.

Keni, está ebrio, recuerda lo que testificó y no puede pegar los ojos. Piensa que deberá ir nuevamente en la curandera para que le pase huevo, porque de este susto no se sanará fácilmente.