Después de dos semanas que no te veía. Estaba desesperado
por verte, pero también estaba decidido de pedirte que sea la última vez que
nos veamos. Pero resulta que no puedo, no puedo pedirte que me dejes.
Ay… ay ay ay amor… si supieras cuanto te he esperado, si supieras
cuánto me costó verte ir. De pronto es así entre tú y yo: vienes un día a la
semana para darme un poquito de vida y luego desapareces.
Te siento lejos, quiero llamarte.
Te siento cerca, pero no puedo ir a buscarte.
Te tengo en frente pero no puedo tocarte.
Y cuando me miras, yo entiendo…
Este relato me pareció triste y honesto a la vez, porque tiene que ser esto van cruel?
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