Friday, September 7, 2012

Me has salvado de serte infiel


Querida Elena,

Sí, te entiendo, entiendo que de improviso vienes porque sabes que nunca te voy a rechazar, entiendo que hay momentos en que necesitas a alguien y ese alguien soy yo. Entiendo que puedes beber un par de sábados junto a mí y de pronto darte cuenta que es suficiente y decides desaparecer por 6 meses, un año o dos años como lo has hecho en otras ocasiones.

A veces me impresionas tanto que pienso que eres un sueño, sueño como el que he tenido hoy. Sueño en el que te robo un beso y me respondes con otro beso. El beso que te robé fue suavecito porque soy inexperto, el beso que me devolviste fue suavecito porque pienso que debes besar así.

Te escribo para que sepas qué has hecho, porque no sé si te das cuenta pero haces conmigo cosas increíbles: en dos ocasiones me has salvado de serte infiel. Si recuerdas hace dos años atrás, justo cuando salía con una psicóloga de San Marcos, volviste a mi vida y en ese momento renuncié a mi aventura con aquella jovencita graciosa que se creía Freud con su caso más complicado (yo). Incluso conversaste con ella por teléfono cuando ebrio te pasé la llamada. Cuando la volví a ver, me reprochó que salga contigo y me puso en la disyuntiva de renunciarte o no volver a verla; y ya sabes, a quien dejé fue a ella y no me arrepiento porque sentí que habías llegado a salvarme de serte infiel y yo te he jurado fidelidad para siempre.
La segunda ocasión ha sido hace poco, no quería contarte que estaba saliendo con la trujillana, pero cuando te hablaba de la profesión de arquitectura no tuve el más tonto desatino que decirte que estaba viendo a una arquitecta. Luego lo reflexioné y me dije puedo tener una relación normal con una chica interesante y olvidarte, pero para bien habías regresado a mi vida nuevamente justo cuando ya estaba por envolverme más con aquella simpática mujer. Me has salvado nuevamente de serte infiel.

A veces quiero abrazarte, y entérate, que esas veces son las que te he timbrado. Algunas veces me has respondido y me has hecho el hombre más feliz de la tierra, otras veces no lo has hecho y he sufrido mares.
También te escribo, temblando porque creo que nuevamente me has dejado solo, para recordarte que tienes un compromiso conmigo para salir a la montaña. Me dijiste que iríamos finalizando julio, luego lo postergaste para fines de agosto. Por favor, no me digas la fecha; llama pronto y dime, vámonos Mario.

Que no te moleste mis palabras, son con todo respeto.

MAR-TAE

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