Friday, August 30, 2019

El Concurso


Sebastián timbra, una, dos y tres veces. ¿Estaré molestando?, piensa. Se apresura en alistarse para ir al encuentro de Estefany ya son las ocho y media, el concurso comenzará a las nueve.

Estefany mira el celular, se da cuenta de las llamadas de Sebastián, pero no responderá. Si no viene, no le responderé hasta diciembre, se promete.

Sebastián pide una leche con soya y dos panes con palta, sin sal y en pan integral como lo decidió la señora de los desayunos. Toma la leche de un tirón y se lleva los panes para comer en el viaje. Al salir ve un anciano que vende bolsas de basura, paga un sol por un paquete de diez bolsas que seguro contará, después, ocho.

El taxista es muy amable, pero va lento. Sebastián le pide permiso para servirse sus panes y le ofrece uno, el taxista – buena gente – no acepta y asienta a que continúe con su desayuno, mientras le va contando sobre sus cuatro hijos varones y la coincidencia que su amante – Sebastián deduce que es la amante del conductor – tiene cuatro hijas. Es que la vida debe ser complicada con cuatro hijos, por eso ese pobre hombre tiene que trabajar de mil oficios, es carpintero, vende chucherías en las campañas escolar y navideña y hace taxi. No es un hombre muy mayor para decir que viene de la generación que tenía tiempo, fácil tendrá cuarenta, pero no es egoísta con su tiempo, viaja como si estuviera con un amigo, y solo cobró veinte soles de cono a cono.

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(A) ¿Por qué Laura está molesta?
(E) No sé, ¿usted sabe director? – Estefany se hace a la desentendida.
(A) Laura dice que le has ofrecido dos puntos a los de primero para que voten por el video de tu pre.
(E) Es mentira…, les he ofrecido tres – hace mueca y le sonríe a don Aurelio, él también le sonríe cómplice.

Laura mira desde lejos a Estefany, la odia, siente que la odia, pero esta en la zona caviar, con la movida cultural, así que sonríe lo más hipócrita posible y mueve sus deditos saludando así nomás.
Don Rómulo saluda a los jueces, Estefany les va recordando los nombres, son personalidad, el gran arqueólogo sanmarquino, la escritora especialista en temas de género, el promotor del programa cultural Rupay Rupay, ya debería conocer a todos ellos, pero no le interesa, no le interesa la cultura, solo le interesa los réditos de una buena imagen de su corporación educativa.

(A) ¿Así que estos son los de la movida cultural?, no podré acompañarlos a comer, así que te encargas tú.
(E) Encantada – Estefany esta súper encantada, tendrá “la débito” para gastar como soberana.

Don Aurelio sube al estrado para dar sus palabras, Sebastián entra al auditorio, chocan miradas. Este pobre también será de la movida cultural, piensa don Aurelio. Me hubiese demorado un poco, ahora estoy obligado a escuchar sus simplezas, don Aurelio; le responde imaginariamente Sebastián.