Quiero que sepas que nunca seré viejo. Que me daré el valor
para quitarme la vida. Yo amo la vida, tengo pasión en todo cuanto hago, amo a
mis padres y hermanas, te amo a ti, pero mi muerte no será una resolución
propia sino un destino inexorable.
Recuérdame con una rosa.
No derrames ni una lágrima, no malgastes el resto de tus
años cocinándote a fuego lento en el caldo de larvas de la memoria, no te
sepultes en cuatro paredes a coser una mortaja.